Zaida Coquira llegó desde Bolivia y aprendió de cero a producir queso de cabra en Punitaqui

Autor: Indap

Coquimbo

El amor trajo a nuestro país hace cinco años a la ciudadana boliviana Zaida Coaquira, descendiente de aymaras y quechuas. Primero se radicó en Calama, pero hace un año y medio volvió a hacer las maletas para trasladarse junto a su esposo chileno hasta el sector Las Ramadas de Punitaqui, Región de Coquimbo, donde actualmente se dedica a la elaboración de quesos de cabra -y próximamente de oveja-, rubro del cual no sabía nada, ya que en su país natal no es muy común.

“Me vine a Chile por amor y ese amor también me trajo a Punitaqui, ya que mi marido creció en los alrededores de esta comuna y tras la muerte de su madre recibió un pequeño terreno en el que hoy desarrollamos el trabajo con las cabras. Al comienzo era algo totalmente desconocido para mí, una verdadera aventura”, dice Zaida, quien se hizo usuaria de INDAP con la firme convicción de salir adelante como emprendedora campesina.

En Bolivia el principal objetivo de la crianza de cabras es la obtención de su estiércol, abono esencial para los pequeños agricultores de esa nación. No es común que consuman su carne ni tampoco que se haga queso con su leche. “¡Yo no conocía las cabras! Cuando mi marido decidió invertir en este negocio yo de verdad pensaba qué podíamos hacer con el ganado. ¿Vender guano? Al principio él se encargaba de hacer el queso, pero sufrió una enfermedad que me obligó a tomar las riendas del negocio. Muchos dijeron que no me la iba a poder, pero me la pude”, cuenta orgullosa.

Zaida no solo sacó adelante el negocio con el ganado; también potenció su predio, donde cultiva parras, melones y tomate pera. Este último es una variedad muy conocida en Bolivia que, según dice la emprendedora, les ha encantado a sus clientes chilenos.

En Cochabamba, el padre de Zaida tuvo durante un tiempo vacas y ovejas. Ella posee por ahora solo tres ovinos, pero quiere ampliar su plantel para ​potenciar la producción de quesos con leche de estos animales, la que -dice- “tiene un alto contenido en nutrientes y aporta energía y proteínas fundamentales para mantener los músculos en buen estado. En Bolivia es común el consumo de este queso y mi idea es diferenciarme del resto de los crianceros”.

Sobre su trabajo con las cabras, dice que ya se acostumbró, “pero al comienzo me tenían loca cuando se iban a pastar al cerro y no volvían. Yo no entendía qué pasaba, porque teníamos mucho alimento para ellas en nuestro terreno”.

Actualmente, la emprendedora comercializa todos sus productos en el predio que posee junto a su marido en Punitaqui.

El director regional (S) de INDAP, José Sepúlveda, dice que “como institución buscamos potenciar emprendimientos campesinos de la región, y esto lo queremos lograr a través de la entrega de herramientas que solucionen necesidades reales y concretas de los pequeños agricultores y ganaderos. Por eso creemos que de la mano de la institución, la señora Zaida podrá seguir desarrollando óptimamente su trabajo”.

“Tal como ha mandatado el Presidente Piñera, como Ministerio de Agricultura queremos que los pequeños productores tengan más opciones para surgir, porque sabemos lo importante que son para el desarrollo local de comunas como Punitaqui. La historia de Zaida es una travesía y le agradecemos todo el aporte que está realizando en nuestro país”, afirma el seremi de Agricultura, Rodrigo Órdenes.