Un viaje a los pastos “sagrados” que cruzan los mares de Skyring y Otway

Autor: Indap

Magallanes
Mucho antes de ser comuna y definir límites territoriales, la zona que hoy comprende Río Verde se abría a los pioneros, principalmente por las características de los pastos y los chorrillos que cruzan las tierras aptas para el pastoreo. Eran tiempos difíciles donde los caminos se hacían al andar y la pericia de los baquianos y su olfato permitía trazar huellas.  

En el caso de la actual zona de Río Verde e Isla Riesco, la colonización explotación ganadera y la explotación carbonífera aparecen casi al mismo tiempo, generando por consecuencia una colonización permanente.

El primer antecedente del arribo de un colono data de 1874.  Fue Vital Díaz quien llegó, al sector de Palomares-). Tenía apenas algunos vacunos, 200 hectáreas y el decreto del Gobernador de la Colonia de Magallanes que autorizaba la ocupación.

Tres años después, el pionero alemán Julius Haase inicióo el primer asentamiento carbonífero, en un paraje que denominó Mmina Marta, ubicada en los límites actuales de la Estancia Skyring, a orilla del mar, en la zona continental norte de Río Verde. 

Entusiasmado con la aventura, el germano buscó capital de apoyo en Buenos Aires y a los pocos años distintas embarcaciones a vapor viajaban con cargamento hacia Punta Arenas. El éxito de la empresa duró poco. Los fuertes vientos reinantes hicieron varar el vapor Santos y más tarde a la nave Los Amigos.  Los restos de estel último todavía asoman desde el camino que conduce a la antigua Villa de Río Verde.  Finalmente, la empresa quebró.

En 1880 la ganadería lanar cobra fuerza con la llegada de colonos principalmente franceses como Miguel Despouy, Edmond Dorée, Jorge Meric, quien además tuvo un rol fundamental en los inicios carboníferos de Isla Riesco.  

El período de 1953 en adelante marca un nuevo giro, con la caída de la producción del carbón.  Para recuperar el decaimiento, el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, impulsó una nueva recolonización y modernización de la producción agraria.

En Río Verde se dieron los primeros pasos, con la devolución al fisco de los campos ocupados por las estancias “Ponsonby” y “Vaquería”, sobre las cuales se proyectó la subdivisión que permitió el acceso de nuevos colonos a Isla Riesco.

Estancia Río Verde

Hasta 1853, diez años después de la toma de posesión del territorio austral por parte de la Goleta Ancud, la figura administrativa que ordenaba la ocupación era el de “Colonia Magallanes”. No obstante, el 8 de agosto del año mencionado, el Supremo Gobierno creó la jurisdicción denominada “Territorio de Colonización de Magallanes”, con el fin de fomentar el poblamiento y el desarrollo de la zona austral, tarea dirigida más tarde por Óscar Viel. Esta inédita modalidad, además se ocupó en la colonización de Llanquihue (1853-1861) y de Aysén (1927).

Una de los asentamientos ganaderos que marcó un hito en el distrito de Río Verde ocurrió el año 1891, cuando el entonces general de Brigada Manuel Valdivieso autorizó a William Doude Van Troostwykj y a Pedro Adrian De Bruyne, la ocupación de 13 mil hectáreas en las márgenes del Río Verde.

Más tarde, en 1908, el Estado efectúa un remate de tierras y los nombrados se asocian con el holandés Louis Wighold Van Schuylenburch, consolidando la empresa Río Verde Sheep Farming Company, sociedad que parte con un capital de 45 mil libras esterlinas, a razón de una libra por acción.  Esta compañía da vida a la Estancia Río Verde, y se nombra director gerente a Pedro Adrian De Bruyne, quien ocupa el cargo hasta el año 1930.

La Estancia Río Verde tuvo entonces 18.900 hectáreas.  Pero además la compañía administraba la estancia Ponsonby de 20 mil hectáreas que era propiedad de una sociedad formada por Mauricio Braun y Bernardo Bruyne, junto a los accionistas de Río Verde Sheep Farming Co.

En su mejor momento la estancia llegó a mantener a diez familias establecidas y 25 personas trabajando durante todo el año, cifra que en la época de faenas se duplicaba, incluso en más de una ocasión se triplicó.

Hasta 1937 la lana era sacada en goletas desde un puerto ubicado donde hoy se encuentra la actual municipalidad, frente al canal Fitz Roy.  En ese mismo lugar, en el pasado una recordada hostería abastecía y surtía al sector de menesteres y otras necesidades.

La empresa encargada de administrar la hostería fue en un inicio la Sociedad Mercantil Río Verde, que además atendía a clientes que traían la lana desde Argentina. Eran los años del legendario español Laguía, fundador del Hotel Río Verde, propiedad que más tarde pasó a manos de Violeta Ivelich y Nicolás Drpic.

Entonces, las comunicaciones entre Río Verde y Punta Arenas dependían del caballo y el responsable del correo era José Sánchez, apodado Piperona, precursor en esos menesteres. Los vecinos antiguos recuerdan que comenzó con un caballo, luego una carreta tirada por los equinos y finalmente un vehículo. Junto a él, trabajó otro español que era su yerno, Oliverio Prieto, quien más tarde sería propietario del Hotel Cabeza de Mar.

Lo cotidiano siempre sorprende más al foráneo que a los propios habitantes que por estar estos últimos en sus tareas cotidianas le restan espacio a la sorpresa. Por eso, las cartas que el alemán Carlos Hoffmann envió a su esposa que lo esperaba en Quillota, luego de una breve estadía en la Estancia de Río Verde, cobran un valor inconmensurable y son un rico testimonio del patrimonio social del pasado.

El relato epistolar data de 1928 y permiten conocer la vida en la Estancia Río Verde. Hoffmann trabajaba en la importante casa empresarial Braun & Blanchard, un verdadero holding de la época con importantes negocios mercantiles, navieros, industriales, ganaderos, pesqueros, mineros, financieros y de servicios.

En cuanto a la descripción del recinto ganadero, Hoffmann escribía: “El casco de la estancia Río Verde ha sido fuertemente ampliado después del incendio que quemó, una noche hace 6 años, la casa principal. El casco consta ahora de 8 ó 9 edificios independientes, todos construidos con madera y lata. Las paredes exteriores de todas las casas están pintadas de amarillo claro y los techos rojos. El río Verde pasa delante de las casas y la playa del Seno Skyring está a unos 300 metros. Cuando está despejado se tiene una vista privilegiada sobre el mar y la cordillera directamente en frente sobre la Isla Riesco. Atrás se alcanzan a ver las montañas cubiertas de nieve”.

Hay que imaginarse el lugar, aislado y distante, entonces la autonomía brotaba natural y el buen confort permitía sobrellevar de mejor manera la vida. Así las costumbres de un cóctel después de la jornada son parte del relato del alemán que da cuenta de las influencias inglesas en la zona. 

En esa época, la zona de Río Verde ya ostentaba varios premios por la calidad de sus ovejas. Incluso hay experiencias con la raza Romney Marsh, de origen inglés y lana gruesa. No tuvo el éxito esperado y desapareció de la zona, actualmente se cría en zonas planas y con alta humedad. En Chile, se ha adaptado a la región comprendida entre Temuco y Chiloé; abasteciendo, por su gruesa lana, a la artesanía chilota y a la gran industria de colchones y rellenos en general.

El brazo derecho de Bernardo De Bruyne fue el descendiente escocés Kenneth Mclean.  Un hombre amable, disciplinado y riguroso a la hora del trabajo. Fue un criador reconocido mundialmente en la raza corredale y dirigió varias décadas la asociación de ganaderos. Su legado aún perdura en la región. 
 
Mclean asumió la administración de las estancias de Río Verde y Posonby, cuando Bernardo De Bruyne partió a las trincheras, en el período que se desarrollaba la Primera Guerra Mundial, a su regreso jubiló y dejó todo en manos del heredero escocés.

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