Triticale: investigadores del INIA destacan las bondades de este cereal para el Valle del Aconcagua
Autor: Prensa INIA
Zona Central Sustentabilidad y adaptación al cambio climatico ValparaísoLa baja disponibilidad de forraje durante la época de verano y los fuertes períodos de sequía son la cruda realidad en diferentes zonas del Valle del Aconcagua, principalmente en Petorca, Los Andes, San Felipe y Quillota. Frente a este cuadro de reducidas pluviometrías, el triticale aparece como un cereal viable e ideal para este tipo de zonas.
Jorge Cataldo, agricultor del sector Collahue de la comuna de Nogales, ya probó con éxito el cultivo en su predio. Lo entregará en forma de forraje y grano a sus animales y dejará suficientes semillas para la próxima siembra.
Rosa Ayala, productora dl sector Quínquimo de la comuna de La Ligua, cosechará antes el triticale y lo usará solo como forraje. La alta presencia de pájaros podría comprometer el rendimiento del grano si lo deja hasta término. Además, la cosecha podría verse afectada por la disponibilidad de máquina cosechera debido al acceso al potrero y al tamaño de la superficie sembrada. Por eso, hará fardos para cuando lo requiera su ganado, dedicado a producción de leche que entrega a empresas que fabrican “dulces de La Ligua” con manjar.
Estos agricultores, como muchos de sus pares en estos territorios, demuestran una gran capacidad para sobrellevar situaciones adversas, y su entusiasmo y motivación han sido fundamentales para establecer el triticale en sus predios, cereal que es parte de la gama de opciones forrajeras factibles de cultivar en las condiciones edafoclimáticas que comparten.
Las unidades demostrativas fueron establecidas por la Agencia INDAP de La Ligua y el Prodesal de Nogales a través de sus equipos técnicos, liderados por Sergio Valladares y Marta Opazo, quienes acompañaron a los productores hasta generar antecedentes de manejo, quedando en evidencia la rusticidad del cultivo para zonas de escasez de agua.
Los agricultores de la zona participaron en un día de campo para transferir a sus vecinos las bondades del cereal y los resultados del ensayo piloto. La información obtenida en conjunto sirvió para generar conocimiento aplicado y replicar esta experiencia en superficies más grandes de los propios agricultores.
Viviana Barahona, extensionista y especialista en recursos forrajeros de secano de INIA Cauquenes, explicó las características del cereal y las características que posee a pesar de la escasez de agua que afecta al territorio. Este trabajo de establecimiento de unidades demostrativas en recursos forrajeros bajo restricciones hídricas se ha estado realizando en conjunto con la extensionista del INIA La Cruz, Andrea Torres Pinto, desde hace más de 5 años.
La profesional explicó que “la disminución de la precipitación y la vulnerabilidad a las condiciones climáticas que estamos viviendo nos está llevando a evaluar una serie de especies que se usan en el secano y que en el interior de la Región de Valparaíso han demostrado darse en perfectas condiciones entre agricultores pequeños y de subsistencia”.
Variedad Aguacero INIA
El triticale es un cultivo que se destaca por su altura, rusticidad, gran tamaño de su espiga, alto peso de grano, calidad nutricional y adaptabilidad a diferentes condiciones agroclimáticas. Se obtuvo del cruce de dos especies diferentes, trigo harinero y centeno. Su nombre deriva de la combinación de “triti” del género Triticum y “cale” del género Secale.
Es un cereal que puede usarse para alimentación humana y animal. Supera la productividad de la avena usada tradicionalmente y de acuerdo a los resultados obtenidos de estudios anda muy bien en condiciones de estrés hídrico por debajo de los 300 mm de precipitación anual.
Este cultivo suplementario se usa principalmente para producción de grano para períodos críticos de alimentación animal (ovinos, bovinos, caprinos, equinos y aves). Se puede pastorear antes de emitir la espiga, pero la recuperación de las plantas es más baja, afectando el rendimiento final en grano.
En estos dos predios de la Región de Valparaíso se estableció Triticale variedad Aguacero INIA, la que ha sido ampliamente evaluada por INIA en condiciones de secano en Cauquenes, Litueche, la precordillera del Ñuble y bajo riego en Santiago, San Clemente, Chillán, Yungay, Los Ángeles y Temuco, y ahora se está evaluando en la Región de Valparaíso.
La variedad Aguacero INIA ha demostrado una muy buena adaptación a condiciones de escasez hídrica en el secano mediterráneo. Es una variedad destinada fundamentalmente a la alimentación animal y se recomienda como alternativa para producción de grano y también para henificar y conservar el residuo para épocas de escasez de alimentación.
En el Valle de Aconcagua ha sido validado durante casi tres años, donde se levantó un jardín de variedades de recursos forrajeros compuesto por especies como triticale, avena, trigo forrajero, arveja forrajera, tréboles, mezcla avena/vicia, entre otras. En su momento, transferencistas e investigadores evaluaron el rendimiento de estos recursos y su calidad nutricional, siendo el triticale uno de los que mejores bondades presentó para estas condiciones junto con la alfalfa.
El Valle del Aconcagua es uno de los territorios de nuestro país más afectados por la falta de agua. “Cada vez se va a ir reduciendo más la pluviometría”, afirma Viviana Barahona. “Calculamos que de aquí a 20 años va a haber un tercio menos de precipitación y dos grados más de temperatura de lo que hay ahora. Por lo tanto, hay que buscar este tipo de especies que van adaptándose a una media anual de precipitaciones más bajas. Ante estas condiciones duras y adversas que va a enfrentar la agricultura, los productores van a tener que darle un uso sostenible a la tierra”.