Tres formas de hacer abonos en casa: Un primer paso para partir en la agricultura sustentable
Autor: Indap
Nacional
Diferentes ejecutores de proyectos impulsados por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) entregaron alternativas sustentables para producir compost con los residuos que se generan en los hogares, a fin de usarlos como abono o fertilizante natural para estabilizar los suelos de jardines, huertos o plantas.
El compost es el resultado de la descomposición aeróbica -que ocurre en presencia de oxígeno- de residuos orgánicos húmedos y secos tanto de animales como de vegetales. Rafael Larraín, ejecutor a cargo del Centro de Ganadería Regenerativa, dice que el compost permite la regeneración de los suelos a cualquier escala: “Todo lo orgánico que se va a la basura termina en un vertedero y ahí se descompone produciendo metano, un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el CO2 (dióxido de carbono). Si lo usamos en casa, durante el proceso hay una parte que se convierte en CO2 y el resto queda en el compost-humus que termina en el suelo. El resultado es menos Gas de Efecto Invernadero (GEI) y mejores suelos”.
El director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, recuerda que Chile tiene el compromiso de reducir el 30% de sus emisiones GEI al 2030 y llegar a la carbono neutralidad en 2050. “Nuestro desafío es aportar en cada iniciativa que impulsamos y uno de nuestros ejes es que la sustentabilidad sea clave en nuestro quehacer. Sin embargo, sabemos que es importante el apoyo de cada persona para lograrlo. Por otro lado, la innovación en el agro debe ser estimulada en cada fase, así que hacer abono con nuestros residuos puede ser un precedente, principalmente para la edad temprana”.
Té de plátano
Alejandro Yacuzzi, creador de Liquen Austral, innovación FIA de abonos con microorganismos de la selva valdiviana para plantas, propone el té de plátano, muy común en la botánica y la jardinería. Este elemento es fundamental para el crecimiento vegetal, junto con el nitrógeno y el fósforo. “Es un abono ecológico rico en potasio que se puede elaborar de manera muy sencilla. Simplemente debemos trozar las cáscaras de 5 plátanos, sumergirlas en 1 litro de agua y dejar 15 minutos a fuego medio. El té se aplica en la época de floración o frutos, momento en el que la planta necesita potasio en mayor medida”. Las cáscaras usadas, una vez que se cuela el té, pueden ser descartadas a la compostera sin problema alguno.
Compost con botellas
La bióloga y magíster en Ciencias Biológicas María Antonieta Reyes invita a reciclar botellas plásticas para hacer compost en maceteros con plantas. “Es un sencillo sistema para usar en terrazas de departamentos o en casas con patios pequeños”, dice.
Se necesitan botellas plásticas de distinto tamaño -que serán las composteras- y que quepan en los maceteros con las plantas. Para compostar hay que mezclar desechos orgánicos húmedos (flores, plantas y hojas verdes, cáscaras de frutas y verduras, restos de té y café) y secos (papel sin tinta, restos de hojas, flores y poda, cáscaras de huevo en menor proporción), los que aportan calcio a la tierra. Los desechos deben ser cortados en pequeños trozos. Para lograr un compost nutritivo en menor tiempo, alrededor de un mes se requiere integrar al sistema lombrices californianas.
En primer lugar, la botella perforada se debe enterrar en el macetero con plantas. Luego se agrega intercalando en capas los desechos húmedos y secos, comenzando con una porción de tierra más restos de desechos orgánicos secos y luego una capa de desechos húmedos. Así sucesivamente. Cada capa debe tener un espesor de entre 2 a 3 cm aproximados para facilitar el trabajo de los microroganismos, hasta llenar la compostera, terminando con una capa de desechos secos, para evitar la llegada de mosquitos.
Luego se procede a regar el macetero con plantas y el contenido de la compostera para mantener siempre la humedad. Allí se pueden incorporar las lombrices. Se cierra la tapa de la compostera. “Es importante evitar el exceso de agua porque favorecería un ambiente anaeróbico, produciendo malos olores y pudrición del contenido”, dice Reyes. Agrega que a medida que se va produciendo la transformación del compost se generan cambios en el color, textura y reducción en el volumen del contenido.
Finalmente, una vez transformado el compost, se retira la botella enterrada en el macetero y se vuelca en un recipiente para recuperar las lombrices y así preparar otro ciclo de compost.
Té de compost
Las agrónomas Cecilia Céspedes y Soledad Espinoza, del proyecto FIA -ejecutado por Infor- para la reconstrucción productiva y restauración ecológica post incendios en la Región del Biobío; sugieren el té de compost. Es un biofertilizante líquido cuyos ingredientes son compost (hecho en casa) y agua. Se obtiene remojando compost en una bolsa dentro de un recipiente con agua. En el proceso es vital la presencia de aire, para estimular la multiplicación de microorganismos aeróbicos.
El té de compost se aplica a las plantas como abono foliar y por riego para incrementar la actividad biológica del suelo. Su producción se puede dar a pequeña escala en baldes y a gran escala usando biorreactores con inyección de oxígeno. La preparación debe ser siempre a la sombra. Cuando esté listo, tras siete días de reposo, el líquido tendrá un color oscuro y será más denso que el agua.
Cómo evitar olores
Si bien las alternativas de una agricultura regenerativa desde casa pueden leerse fácil, los expertos dan algunos consejos para no abandonar la práctica por malos olores o temor a que lleguen bichos o aparezcan patógenos. Uno es evitar el uso de residuos orgánicos complejos en su composición, como restos de carnes, aceites, grasas, restos de comidas y materia fecal.
Además, sugieren siempre agregar materiales ricos en carbono, porque la basura domiciliaria es normalmente alta en nitrógeno y agua. Los materiales que se pueden agregar son hojas secas del jardín, papel o cartón (ojalá con la menor cantidad posible de tinta).