Recuperación de suelos ha sido el punto de inicio para una mayor productividad rural en Aysén

Autor: Claudia Molina

Zona Austral Riego Sustentabilidad y adaptación al cambio climatico Aysén
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“La actividad campesina es desde que aparece el sol hasta que se esconde, de lunes a lunes”, dice Jorge Abarzúa. En el kilometro 805, sector El Engaño, comuna de Río Ibáñez, este productor nacido y criado en la Región de Aysén y con vocación ganadera de toda una vida, dice sentirse un agradecido de INDAP. Con 30 años siendo usuario, ha logrado sanear su campo, ampliar las praderas, instalar cercos y reunir el suficiente forraje para prepararse “para el peor de los invierno, aunque eso ya no suceda”.

“Las herramientas de trabajo de INDAP son buenas si uno las sabe aprovechar. El SIRSD-S (Programa de Suelos) me ha ayudado harto. Tengo un hermoso campo, pero también esto es fruto de harto trabajo y de haber avanzado paso a paso durante todos estos años”, señala Abarzúa.

Así como él, los propósitos de los productores para trabajar sus campos son diversos, en algunos casos  es para que las praderas no se retraigan y en otros, para recuperar su potencial, indica Camilo Sagredo, profesional de apoyo del SIRSD-S, que cofinancia las prácticas destinadas a mejorar las condiciones físicas, químicas y biológicas de los suelos agropecuarios, evitando su degradación. Esto se traduce en insumos, servicios y mano de obra para incorporar fertilizantes fosforados y elementos químicos como potasio, azufre y calcio; establecimiento de coberturas vegetales en suelos descubiertos o deteriorados, y otras acciones que apunten a la conservación y rehabilitación de los suelos agropecuarios.

El resultado en Aysén de este programa en Aysén ha sido muy positivo. Así se advierte al observar los paisajes patagónicos limpios y verdes. Desde 2010 a la fecha, el SAG e INDAP han inyectado $ 17.998 millones, financiando 5.993 planes de manejo en una superficie de 54.853 hectáreas distribuidas entre La Junta y Villa O’Higgins.

Destaca el establecimiento de cubierta vegetal con trébol rosado, trébol blanco y gramínea perenne; la regeneración de gramíneas y leguminosas, y el establecimiento de alfalfa. Durante esta administración se intervinieron 2.496,8 hectáreas (113% superior al período anterior), que se convirtieron en la principal fuente de alimento para el ganado y permitieron sostener la explotación intensiva ganadera, tan propia de la Agricultura Familiar Campesina.

Los esfuerzos también se han centrados en proteger los suelos, para evitar su pérdida y erosión. En este plano, la construcción de cercos tradicionales ha jugado un papel fundamental. Los últimos cuatro años se construyeron 290 kilómetros de cercos, equivalentes al tramo entre Coyhaique y Puerto Bertrand, permitiendo apotrerar 3.892 hectáreas, superficie ligeramente superior al área del Lago Rosselot. Así también se han construido 82 kilómetros de cerco eléctrico para apotrerar otras 747 hectáreas, sistema usado en extensiones más pequeñas y que permite intensificar el pastoreo de una manera sustentable.

En este mismo período se han aprobado 1.304 planes de manejo, con incentivos por un total de $3.196 millones, lo que ha permitido brindar apoyo a 787 usuarias y usuarios, 84% de las comunas de Puerto Ibáñez, Cisnes, Coyhaique y Puerto Aysén, y 16% de Chile Chico, Cochrane, Lago Verde, O’Higgins y Tortel.

“Los avances y la inversión a través del SIRSD-S son innegables, pero la responsabilidad del productor es la línea base para proyectar un desarrollo sostenido en el tiempo, que no solo permita el saneamiento de los campos, sino el enfoque productivo que finalmente es el que permite recibir retorno y reconocer los dividendos”, indicó Yordy Cea, director (S) de INDAP Aysén.

En este sentido, Camilo Sagredo recomienda a los agricultores “enfocar los esfuerzos en conseguir rápidamente una cobertura vegetal en el caso de los establecimientos de praderas para evitar pérdidas de suelo, ya sea por efecto del viento o lluvias que coincidan con un suelo recién preparado. Sumado a lo anterior, evitar labores de labranza en favor de la pendiente, ya que esta práctica aumenta la pérdida potencial de suelo al facilitar el movimiento del suelo pendiente abajo”.

El programa SIRSD, contenido en la Ley 20.412, entró en vigencia el 9 de febrero de 2010 y mantuvo su vigencia hasta igual fecha de este año, permitiendo la sostenibilidad de un rubro tan propio de los pequeños productores de Aysén como es la ganadería. “Esperamos seguir contando con ella para proyectar en conjunto con los campesinos el buen uso de los recursos naturales y el ordenamiento territorial, que serán la base de la producción del mañana”, concluyó Yordy Cea.