Purísima se encariñó con los emús y creó una granja de animales en Quinchamalí para hacer turismo rural
Autor: Julio Díaz
Zona Sur Turismo Rural Ñuble“A mí desde pequeña siempre me atrajeron mucho los animales, la naturaleza. En vez de regalarme un juguete, mi papá me daba una caja con patitos o una caja con pollitos; de ahí viene mi amor por los animales. Entonces, cuando quise hacer un emprendimiento, siempre supe que tenía que ser relacionado con aves o con otros animalitos”.
Así resume Purísima del Campo Padilla las razones por las cuales hoy tiene su granja demostrativa Emú Campos de Ñuble, en la localidad de Quinchamalí, kilómetro 30 del camino a Confluencia, en la comuna de Chillán, donde la principal atracción son los emús –un ave exótica no voladora nativa de Australia y la tercera más pesada del mundo después del avestruz y el casuario–, que comparten la atención con otras especies como pollos, patos, faisanes, conejos, chivos, alpacas y ovejas.
Como su marido ha trabajado siempre en camiones chancadores y le toca salir donde esté la pega, ella decidió en 2003, para no aburrirse, hacer algo que le gustara. “Me contaron de un ave que había llegado a Chile: el emú; me puse a investigar y me gustó la idea, porque era algo innovador. Los primeros los trajeron de un criadero de Valdivia a Chillán. Compramos ocho parejas y les hicimos sus corrales”, cuenta.
La idea original, recuerda, era producir y exportar la carne, pero eso no resultó. Al final se encariñó con estas aves y no quería sacrificarlas porque le daba pena y se ponía a llorar. De esa forma nació, hace seis años, su actual emprendimiento de turismo rural. “Como llamaban la atención los emús, comenzó a venir mucha gente, familias con niños, y decidí hacer la granja. Así llegó después una chivita, le trajimos un macho, compré ovejas, encargué una pareja de alpacas y se fue dando todo”.
El siguiente paso de Purísima fue hacerse usuaria del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), servicio con el que se adjudicó diversos proyectos para mejorar sus instalaciones. También está registrada en Sernatur y Achitur, y ha obtenido fondos de Sercotec y Corfo. Actualmente tiene 16 emús adultos, varios viudos, otros solteros y tres parejas que están juntas de por vida –su regalona se llama Betty–, y los demás animales.
El servicio que ofrece consiste en una pequeña charla y un recorrido por la granja, en medio de un entorno que cuenta con árboles nativos y frutales, pese a estar en una zona de secano, una laguna y columpios. Su emprendimiento atiende todo el año de martes a domingo, con agendamiento de visitas, y la época de más demanda es de octubre a marzo. “Ahí me pueden preguntar de todo sobre los animales que tengo: cuánto viven, qué comen, cuándo ponen, etc.”, dice.
Su próximo proyecto, adelanta, es tener distintos tipos de gallinas, un aviario con más especies y también ciervos, los que ya encargó. “Tengo que seguir mejorando, porque ahora trabajo con tour operadores y viene gente todas las semanas. A ellos también les ofrezco mermeladas, conservas, nueces y cerezas de mi producción, porque en esto hay que ser multifacética. Siempre me gusta dar más, porque es lo que me hace feliz”.
“Para mí tener una granja es una satisfacción muy grande, porque hago lo que me gusta. Yo no veo esto como un trabajo. Me gusta levantarme en la mañana a alimentar a los animales y ver cómo están”, dice Purísima. “Yo invito a la gente de todas las ciudades a que venga. Siempre me han dicho que esto es como un oasis y todos quedan contentos con la experiencia que se llevan”.
Teléfono: +56 9 5628 8990
Instagram: @emucamposdenuble
Facebook: Granja Emú Campos de Ñuble