“PUDE HACER REALIDAD MI SUEÑO, TENER MIS PROPIOS CULTIVOS”
Mercedes Salvatierra es una de los agricultores de la región que, durante el 2012 y 2013, han optimizado sus planes de manejo agrícola para mejorar sus cultivos, gracias a los programas del Gobierno del Presidente Sebastián Piñera.
Autor: Indap
TarapacáDesde el alba, el sol quema fuerte sobre la pampa. Sin embargo, ni el calor ni la dureza de la tierra salina son escollos para Mercedes Salvatierra Aramayo (39), quien a pulso de sus sueños y ganas de salir adelante, ara la tierra de sol a sol, para lograr que en pleno desierto brote la vida.
Nació en Calama, pero tras terminar sus estudios partió a Antofagasta, donde trabajó en agricultura y como operadora de maquinaria pesada, labores que dejó para cuidar a sus hijas.
Se vino a la Región de Tarapacá hace cinco años, instalándose con su familia en la Colonia Pintados, comuna de Pozo Almonte; donde el desierto es la compañía obligada las 24 horas del día.
Sin embargo, el amor por la tierra y la agricultura, enseñanzas que aprendió desde pequeña por tradición familiar, la hicieron regresar a sus orígenes en las lejanas tierras del desierto más árido del mundo.
Y es que para Mercedes, casada, y madre de cuatro niñas, Patricia (11), Javiera (6), Gabriela (5) y Francisca (8 meses); la sangre quechua que corre por sus venas, la hizo emprender un largo camino de esfuerzo, sacrificios, alegrías y sinsabores que, a la larga, le permitieron con apoyo de INDAP concretar su proyecto de cultivos en el desierto.
“Ha sido difícil trabajar la agricultura en la zona, por la falta de agua”, señala mirando sus cultivos de acelga, lechuga y cebollín, que se extienden en una hectárea, adornando de verde el desierto.
Pero tras verificar sus plantaciones, esboza una sonrisa, precisando que los beneficios que ha recibido de INDAP, le han servido más de lo que pensaba.
“Ha sido muy bueno, primero, para arreglar el terreno y abonarlo con guano para poder sembrar. También me sirvió para comprar cintas y motocultores; y la construcción del estanque para el agua. Poco a poco, hemos ido avanzando, pero estoy conforme con lo que me han entregado, porque con el apoyo de INDAP y del Gobierno pude hacer realidad mi sueño, tener mis propios cultivos”.
Para Mercedes, los cinco años que lleva cultivando la tierra en Colonia Pintados han tenido sus frutos, pues a la postre de todos los sacrificios, hoy sus productos son apetecidos en Antofagasta, principal mercado para sus cultivos.
Asegura que pese a las dificultades de la zona, como es la dureza de la tierra y la escasez de agua que hace que se eleve su costo al comprarla, seguirá trabajando en la agricultura, haciendo crecer así su sueño como mujer de tierra y, al mismo tiempo, enverdecer aún más el desierto de Colonia Pintados.