Proyectos de riego: Ingenio e innovación a toda prueba

Autor: Indap

Nacional

Con cerca de $12.000 millones disponibles para concursos de riego, INDAP ejecutó una serie de proyectos en el área que han permitido a pequeños agricultores y comunidades asegurar el agua para sus campos.

Generalmente, los proyectos de riego vinculados a la pequeña agricultura son trabajos donde el ingenio y la perseverancia de los equipos técnicos y de los mismos agricultores, resultan fundamentales para materializarlos. 

Entre los más de 2.500 proyectos de riego, que en promedio cada año se ejecutan a través de INDAP, existen dos que destacaron por las difíciles condiciones técnicas a las que debieron enfrentarse: Rabones y Ancovinto.

Rabones, ejemplo del trabajo conjunto e ingenio
En la región del Maule, a 45 km de Colbún, se encuentra la localidad rural de Rabones. En ese lugar viven 58 familias dedicadas a los cultivos tradicionales y frutales, así como a la ganadería.

Para el riego de sus campos, utilizaban un derivado del canal Melado, que pasaba por la quebrada de Rabones, un sitio aislado donde el ingreso de maquinaria pesada y vehículos era prácticamente imposible. En ese lugar existía un sifón del año 1948 y que necesitaba ser reemplazado para asegurar el riego de más de 640 hectáreas.

“Por las características de la zona y la necesidad de lograr conducir los 690 l/s, tuvimos que construir una canoa metálica en acero estructural de 43 m de largo, y de sección de 1x1 m, apoyada sobre pilares y vigas metálicas de 18 metros de alto”, señaló Rodrigo Garrido, jefe de riego de la región del Maule. “Incluso, tuvimos que construir un camino para que pudieran acercarse lo más posible los camiones con las estructuras”, agregó Garrido.

Frente a la imposibilidad de trabajar con maquinaria pesada, cada una de las estructuras se unió en terreno, y fueron levantadas con cuerdas y tecles amarrados a los árboles. Fue así como esta obra se erigió con el esfuerzo de los agricultores que aportaron con su mano de obra, como de los ingenieros que ocuparon toda su destreza e ingenio.

Lo primero que se levantó fueron los pilares, luego se construyeron los andamios que proporcionarían reforzar la obra. Posteriormente, se instalaron los rieles superiores que permitirían darle soporte a la canoa metálica. La misma, por su peso y dimensiones, se trajo en secciones, las cuales se fueron uniendo sobre la estructura de soporte. Centímetro a centímetro la pesada estructura se fue moviendo sobre los rieles de soporte gracias al esfuerzo de los trabajadores que usando tecles y cuerdas hacían avanzar cada sección. El montaje total de la obra demoró cerca de un mes y tuvo un costo total de $58.903.794 con un incentivo de $34.696.350.   

Ancovinto, el riego que está reviviendo el cultivo de la quínoa
La quínoa, uno de los cultivos más tradicionales del norte chileno, históricamente ha sido sembrada en el periodo estival y regada por las lluvias que se producen como consecuencia del invierno altiplánico. Sin embargo, el cambio climático ha producido escasez de agua afectando los ciclos de riego.

Ancovinto, es una pequeña localidad de cerca de 30 habitantes del pueblo originario aymara, ubicada en la región de Tarapacá, próxima a la frontera con Bolivia. En ella, INDAP implementó un proyecto piloto que permitirá hacer frente a la escasez hídrica y a las fluctuaciones pluviométricas, a través de la instalación de paneles fotovoltaicos y riego por goteo, siendo una significativa solución en esta zona sin energía eléctrica. El uso de esta tecnología, propicia el aumento de los rendimientos, mejorando la calidad de vida de los agricultores y fortaleciendo los sistemas socio productivos andinos. 

“Nosotros estamos contentos porque nunca habíamos visto este tipo de riego acá (en el altiplano). Con agua se puede hacer de todo y mis hijos verán esto y se darán cuenta que en realidad se puede”, dijo Julia Choque, integrante de una de las seis familias beneficiadas con este proyecto que considera una inversión de $47.308.424 para una superficie de tres hectáreas. 

La iniciativa de riego presurizado fotovoltaico por goteo, considera un sistema generador eléctrico basado en la instalación de 19 paneles fotovoltaicos de 240 watts, los que entregan una potencia nominal de 4.5 kwp. A partir de ello, se energiza una bomba centrífuga de 3 Hp, la que presuriza el riego por goteo en seis estaciones habilitadas para el cultivo de quínoa. Con ello se pretende asegurar el desarrollo del cultivo, sobre todo en momentos de ausencia de precipitaciones, favoreciendo el aumento de los rendimientos, en una primera etapa, a 1.000 kg por hectárea.

Paolo Araya, encargado de Riego de INDAP Tarapacá precisó que dados los resultados, además del interés de los usuarios regantes, recientemente INDAP aprobó una segunda etapa para este proyecto, con lo que los agricultores recibirán financiamiento para la habilitación de un nuevo sistema de riego presurizado fotovoltaico, con lo cual incorporarán 2,5 nuevas hectáreas bajo riego por goteo.