PRESIDENTA BACHELET DISTINGUIÓ A TESOROS HUMANOS VIVOS 2015: “SON UN ESTÍMULO PARA LAS NUEVAS GENERACIONES”

Ministro de Cultura, Ernesto Ottone, destacó que esta celebración "es sólo el inicio de un largo trabajo articulado entre el Estado, la comunidad y los mismos cultores distinguidos, para asegurar la salvaguardia de sus oficios y saberes”.

Autor: Indap

Nacional

Mientras en el frontis de La Moneda una alfombra roja esperaba la llegada del presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, en el Patio de los Naranjos del palacio de gobierno una veintena de hombres y mujeres anónimos, de distintos puntos de nuestra geografía y que realizan actividades poco conocidas por el común de los chilenos, ocupaban, orgullosos, un lugar protagónico junto a la mandataria Michelle Bachelet y el ministro de Cultura, Ernesto Ottone.

Eran la alfarera de Santiago de Río Grande Elena Tito, la curadora de semillas de Temuco Zunilda Lepin, la artesana textil de Cañete Amalia Quilapi, los colchanderos y colchanderas de Trehuaco y los tejueleros de ciprés de Las Guaitecas, quienes fueron reconocidos en una emotiva ceremonia como Tesoros Humanos Vivos (THV) 2015, distinción que entrega la Unesco a través del Consejo de la Cultura a las personas y agrupaciones que cultivan oficios y saberes patrimoniales.

IDENTIDAD VIVA

Tras la exhibición de videos donde se mostraba la labor que realizan los cultores en sus zonas y la entrega de los reconocimientos, la Presidenta Bachelet dijo que estos Tesoros Humanos Vivos “son un estímulo para que nuevas generaciones emprendan el mismo camino, pues los oficios que desempeñan son tan importantes para Chile como la labor que realizan nuestros científicos y educadores, porque es identidad viva, historia y vivencia acumulada”.

Añadió que el patrimonio inmaterial, que es lo que se preserva con la declaración de estos THV, les da a las comunidades un sentido de continuidad y ponen a salvo la creatividad, ya que muchas de estas tradiciones se encuentran en peligro porque sus cultores van desapareciendo, la homologación de estilos de vida global los va haciendo parecer irrelevantes o simplemente porque no hay interés en mantener estos conocimientos.

“Cada una de estas personas que nos acompañan hoy en La Moneda representa un valor singular, una manera de ver el mundo, una forma de enfrentar una tarea, que hace a nuestro Chile más diverso, más rico, más consciente de su identidad, de su herencia múltiple, donde confluyen nuestros orígenes, la globalización, la ciencia, pero también los saberes ancestrales. Cada uno de ellos es constructor de una patria compartida”, apuntó

La mandataria también aprovechó la ocasión para celebrar la entrada en vigencia de la Ley 20.850, conocida como Ricarte Soto, que entrega cobertura financiera y garantía de oportunidad a los tratamientos de salud de alto costo, señalando que “es una buena noticia para todos, porque también nuestros Tesoros se nos enferman alguna vez, ¿no?”.

El ministro Ottone dijo que “en los Tesoros Humanos Vivos que hoy reconocemos y honramos está el ADN, la primera fibra que nos formó y que sigue haciéndolo desde los lugares más remotos. Este hito que celebramos es sólo el inicio de un largo trabajo articulado entre el Estado, la comunidad y los mismos cultores distinguidos, para asegurar la salvaguardia de sus oficios y saberes”.

LOS GALARDONADOS

La selección de este año consideró por primera vez al rubro culinario, a través de Zunilda Lepin, mujer mapuche que a lo largo de su vida ha desarrollado un sostenido trabajo por la soberanía alimentaria de productos tradicionales, plasmado en su labor como curadora de semillas y en los platos que ofrece en su pequeño restaurant “Zuny Tradiciones”, ubicado en el Barrio Tucapel de Temuco.

La alfarera Elena Tito, quien por estos días está presente en la Muestra de Artesanía UC, recibió la distinción por su capacidad técnica y estética en el desarrollo de artesanía tradicional atacameña, a partir del uso de un tipo de greda que otorga brillo a las piezas, propia de Santiago de Río Grande, y que tiene un uso ritual.

La artesana mapuche Amalia Quilapi fue galardonada en el área de la artesanía textil, por su dominio de la técnica tradicional del trarikan. Ésta consiste en un tejido a telar de doble urdimbre, que es amarrado para lograr diseños iconográficos, luego sacado del telar para ser teñido por reserva y utilizado tradicionalmente en las mantas de las autoridades tradicionales.

También estuvieron presentes representantes de la comunidad de colchanderos y colchanderas de Trehuaco, oriundos de las localidades de Antiquereo, Pachagua y Tauco, de la Región del Biobío. Ellos son cultores de la técnica de colchar, que consiste en la siembra, cosecha y secado de trigo colorado para su trenzado de 3 a 16 pajas para la elaboración de chupallas, bolsos, alfombras y otras artesanías.

Ramón Carimoney recibió la distinción en nombre suyo y de su compañero José Colivoro. Ellos son los últimos constructores de tejuelas de madera de ciprés, elemento propio de las casas de la isla Guaitecas. Su oficio impregna la identidad de una comunidad que se funda en una estrecha relación con su entorno, reflejada en un uso equilibrado de sus materias primas, generando una relación respetuosa con el medio ambiente.

Aunque no asistieron a la ceremonia, también fueron reconocidas este año las Artesanas Püll Püll Foki de Alepue, de la comuna de Mariquina, Región de Los Ríos; por su trabajo en cestería local de fibra blanca de la enredadera Püll Püll Foki o Voquil Pil Pil.