Pintatani de Codpa busca ser el mejor vino dulce del continente en el Catad’Or Wine Awards
Autor: Indap
Arica y Parinacota
Más de 200 años de historia tienen las parras de las que se extrae “el mejor vino Pintatani de Codpa”. Así lo afirma Rodrigo Soza, agricultor y emprendedor vitivinícola, usuario del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de INDAP en convenio con la Municipalidad de Camarones, quien representará a la Región de Arica y Parinacota en el Catad’Or Wine Awards 2017, que se efectuará entre el 3 y el 10 de julio próximo en Santiago.
La competencia nacional de vinos, con 22 años de trayectoria, es la más importante del país y una de las más reputadas de Latinoamérica. Cuenta con el patrocinio de la Organización Internacional de la Viña y del Vino (OIV) y reúne a un jurado internacional y residente conformado por 42 especialistas proveniente de 12 países del mundo.
En su versión 2017, Catad’Or Wine Awards evaluará y premiará muestras de vinos tranquilos, espumosos, espirituosos y piscos proveniente de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Bolivia, México, Canadá y Estados Unidos
En este escenario de excelencia, el vino de Rodrigo Soza participará con sus mejores credenciales, ya que durante dos años consecutivos, 2016 y 2017, obtuvo el premio al Mejor Pintatani en la tradicional Fiesta de la Vendimia de Codpa. También estará presente en el certamen el “Tinto Samkamjama”, de la agricultora Olga Romero, con una producción de 200 litros anuales.
Para Rodrigo Soza, su participación en el Catad’Or Wine Awards representa todo un desafío y al mismo tiempo una gran oportunidad, “porque queremos que se conozca más el vino, porque es bien generoso, bien dulce y lo preparamos al gusto del consumidor.
El rey del desierto
El vino Pintatani de Soza es un elixir de características dulces que reposa en barriles de roble y es elaborado a partir de la cepa país cultivada en la Quinta Santa Elena de Codpa, en la comuna de Camarones. “Estas viñas comenzaron en tiempos antiguos, hace más de 200 años, aunque en mi familia las tenemos hace unos 70 años (…) Es una empresa familiar iniciada por mi abuela y ahora yo la mantengo”, relata el vitivinicultor.
Explica que el vino se prepara con la técnica del pisa pisa, usando el tradicional lagar de piedra de 400 años que tiene su familia, en el que el jugo de la uva se extrae con los pies. Para su cultivo usa el concepto de agroecología, es decir, no utiliza aditivos artificiales, sólo agua y sol, y emplea azufre para controlar las plagas: “A las parras no se les hace ningún abono especial, sólo el riego y el azufre, por el tema de los hongos (…) después dejamos madurar bien la uva y la asoleamos para concentrar el azúcar”.
Anualmente, la Quinta Santa Elena produce entre 500 y 800 litros de vino Pintatani cepa país, que resulta de la producción de media hectárea de terreno, distribuida en la parte alta de Codpa. Además de los barriles de roble donde añeja su vino, la familia de Rodrigo Soza posee un museo, en la misma casa quinta donde vivió su abuela y que fue construida por monjes jesuitas en 1700.
Valle con historia
El valle de Codpa es la cuna del Pintatani, introducido en el territorio a partir de cepas traídas por los conquistadores españoles para disponer de vino para los actos litúrgicos de la fe católica. Este vino artesanal se produce en este oasis en medio del desierto respetando una receta de más de 400 años. Las parras crecen a 110 kilómetros al sur de Arica, a 2.200 metros sobre el nivel del mar, en un valle fértil que se caracteriza por la pureza de su agua y clima templado, y donde hacer vino es tan común como hacer pan.
Según la tradición, son cuatro hombres de la familia los que deben realizar la molienda, es decir, pisar las uvas al interior del lagar, que es un receptáculo de cemento que almacena la fruta molida. Luego, el jugo del “pisa-pisa” pasa por un tubo hacia otro recipiente, llamado puntay, todo esto al son de los cánticos que fusionan sonidos quechuas y españoles.