Nahuelbuta Verde produce vinagre de manzana 100% natural con antiguos métodos de jesuitas

Autor: Indap

Araucanía

Cristina Rifo representa el recambio generacional de una empresa familiar que produce vinagre natural de manzana en la comuna de Purén, Región de La Araucanía, y que hace más de medio siglo fundó su padre, Agustín. Durante largos años fue conocida como Los Jesuitas y en 2017 pasó a llamarse Nahuelbuta Verde.  

El nuevo nombre, cuenta la productora, se adoptó porque identifica más por la zona donde está emplazado el emprendimiento: La Cordillera de Nahuelbuta (del mapudungun nawelfütra: “tigre grande”), tramo de la Cordillera de la Costa que se extiende entre los ríos Biobío e Imperial.

Este cambio vino acompañado de una nueva imagen corporativa y del reemplazo del envase de plástico -que se usaba para la venta local- por uno de vidrio de tono verde oliva que impide el paso de los rayos ultravioleta (UVA), “una presentación de lujo”, además de una promoción orientada hacia los mercados gourmet.

Hace tres años formalizaron el negocio y este 2018 obtuvieron el Sello Manos Campesinas, lo que les permite tener una buena carta de presentación para el despegue de su producto, proceso en el que han contado con el apoyo permanente del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) y del Centro de Negocios de Sercotec en Angol. La idea es crecer en forma sostenible.

“La forma de hacer el vinagre de manzana es la misma que cuando partió mi padre, con métodos artesanales similares a los que usaban los jesuitas hacia finales del siglo XVII. Lo único que cambió fue la presentación. Por eso es un producto 100% natural, sin aditivos ni preservantes”, comenta Cristina, que trabaja de la mano con su esposo Giovanni.

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El proceso de elaboración parte con la selección de la fruta, que son manzanas cosechadas entre enero y junio en su huerto propio y por otros pequeños productores usuarios de INDAP de la zona, principalmente de las variedades Limona, Candelaria y Reineta.

“Tras la recolección se realiza el lavado, la molienda y el prensado, proceso hecho a mano, con prensa y rodillo, para extraer el jugo. Después se inicia la fermentación, donde se botan todos los azúcares. En esta etapa se puede obtener chicha o sidra, pero como nosotros trabajamos el vinagre hacemos una fermentación acética que dura un año, que es lo mínimo”, cuenta Cristina. Su duración es indefinida y solo hay que evitar exponerlo a la luz.

Actualmente Nahuelbuta Verde produce 7 mil litros anuales de vinagre de manzana, los que son comercializados en envases de 250 y 500 ml en restoranes y emporios de Valparaíso, Concepción, Temuco, Chiloé y Santiago, y en la Tienda Mundo Rural del Centro Cultural Palacio La Moneda. También tienen bidones de 5 litros para la venta al por mayor en el canal horeca.

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Según Cristina, lo que distingue a su producto es que “está hecho con frutas de una zona donde la naturaleza no ha sido intervenida, con procesos naturales y una tradición familiar de más de 50 años”.

“Yo me crié comiendo ensaladas con este vinagre, que antes era muy consumido, Luego se perdió un poco por la irrupción de los productos industrializados, pero la gente ahora se está dando cuenta de que todo eso es muy químico y quiere volver a lo natural, a lo saludable”, afirma.

El consumo de vinagre de manzana tiene múltiples beneficios para la salud: Reduce el colesterol y los triglicéridos, ayuda a regular la digestión y eliminar los gases, tiene efecto diurético (reduce la sal del organismo), alivia el dolor de garganta y las quemaduras solares, suaviza y desmancha la piel, elimina el mal aliento, devuelve el brillo al cabello y elimina la caspa, entre otros.