Maribel Sagredo, la pequeña agricultora de Olmué que le vende tomate limachino antiguo al Jumbo
Autor: Indap
Valparaíso
Quienes se han sorprendido con la llegada del tomate limachino antiguo a 15 locales de la cadena de supermercados Jumbo, de Antofagasta a Puerto Montt, no imaginan las historias que ha pasado un pequeño grupo de campesinos de la Cuenca de Limache para rescatar del olvido este sabroso y patrimonial fruto, que estuvo desaparecido de las mesas de los chilenos por casi cuatro décadas.
Una de esas historias es protagonizada por la pequeña agricultora Maribel Sagredo, originaria de La Calera, pero que ha trabajado por más de 25 años en la localidad de Quebrada Alvarado, Olmué, produciendo este apetecido tomate.
Junto a su marido, Ernesto Hernández, comenzó en los años 90 a armar unos pocos almácigos para ver crecer después en su huerta los primeros tomates. Entonces eran solo para el consumo familiar, pero tal fue el cuidado y el esmero con que los produjo que muy pronto se supo en el sector sobre la calidad de sus frutos y todos querían comprarle.
“Trabajé apatronada por varios años y con el tiempo decidimos con mi esposo tener nuestro propio negocio de producción de tomates. Partimos vendiendo a vecinos y familiares, y cuando se abrió la carretera hacia Santiago los ofrecía con una de mis hijas a la orilla del camino”, recuerda Maribel. Los automovilistas que elegían la ruta La Dormida fueron por años sus más fieles clientes.
Las cosas empezaron a cambiar para esta emprendedora hace tres años, cuando su esposo, usuario de INDAP, se embarcó en el proyecto Rescate del Tomate Limachino Antiguo, junto a INIA La Cruz y el Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de INDAP en Olmué. Maribel y familia continuaron cultivando sus semillas, las mismas que antaño plantaba su abuela, pero agregaron a la producción otras variedades entregadas por el INIA.
La única mujer
Actualmente Maribel es la única mujer del grupo de seis agricultores que trabajan con la cadena de supermercados Jumbo. Tiene cerca de mil plantas, cada una de las cuales le da más de 4 kilos de tomate por temporada. Dos kilos se seleccionan, por sus características, para ser comercializados en el retail y el resto se deja como descarte para ser vendido en la feria campesina Prodesal que se instala todos los viernes en el frontis de la Municipalidad de Olmué.
“En 2018 envié mis primeros tomates a los supermercados y actualmente despachamos nuestro producto tres veces a la semana. Podemos llegar a mandar hasta 26 cajas de 6 kilos en cada envío. La cantidad depende de lo que pida el supermercado, porque a veces quieren maduro y otras más pintones, para enviar a regiones”, explica la agricultora olmueína.
Dice que nunca se imaginó que haría negocio con una empresa tan grande: “Nosotros rescatamos las semillas de las tierras de mi abuela, porque eran semillas que estaban en el suelo. Para mí es una satisfacción saber que hay gente que está consumiendo lo que yo produzco en forma limpia, sin agroquímicos, ciento por ciento natural. Nunca imaginé esto que está pasando”.
Para sacar adelante su producción, Maribel comparte el trabajo con su marido. Ella se preocupa del manejo de la planta y ve todo el proceso del crecimiento, desde los plantines hasta poner los hilos para guiar la planta de tomate (no usan coligües). Ernesto, por su lado, se encarga del riego y hace todos los preparados para la fertilización, como té de compost o té de guano que luego aplican junto con el riego tecnificado.
“En el caso de las plagas, utilizamos sólo cosas naturales, ningún químico o insecticida. Por ejemplo, para la mosca blanca empleamos una infusión de ruda y nos da excelentes resultados. Tampoco hemos tenido problemas de agua; contamos con un pozo y regamos por cintas, así que no se pierde nada de agua”, asegura Maribel.
Actualmente, esta campesina tiene sistemas de cultivo protegido: tres con plástico (invernaderos) y otro con malla antiáfido (para mantener a raya a los insectos), lo que se denomina emparronado. A futuro quiere instalar otros dos emparronados para así tener una mayor producción para la época de verano.
Maribel explica que el cultivo de estas variedades de tomate limachino antiguo se comienzan a trabajar entre julio y agosto, para sacar los primeros tomates en octubre y noviembre, ya que en invierno no se puede cultivar por las bajas temperaturas.
Desde enero pasado los tomates de Maribel y los otros cincos productores de Olmué y Limache se comercializan en los Jumbo de La Dehesa, Kennedy, Costanera, Los Dominicos, Portal La Reina, Bilbao, Los Trapenses, Antofagasta (Angamos), La Serena, Valdivia, Temuco, Puerto Montt, Viña del Mar, Concón y Valparaíso.
El director regional de INDAP, Fernando Torregrosa, dijo que “estamos potenciando a las mujeres rurales a través de distintos instrumentos de apoyo y Maribel es un ejemplo de ello. Desde el año pasado esta usuaria del Prodesal es una de las proveedoras del Jumbo, lo que nos tiene muy orgullosos. Esperamos poder sumar a más agricultores a este tipo de iniciativas, que apuntan a mejorar la comercialización de la Agricultura Familiar Campesina”.