Innovación y naturaleza: jóvenes de La Pintana crean cuadros vivos para cultivar plantas en las paredes

Autor: Sonia Rivas

Fotografía: Moisés Catrilaf

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Cuadros vivos - Vivero Mayoya - Región Metropolitana

En la búsqueda constante por traer la naturaleza a nuestros espacios ha surgido una tendencia que no solo embellece, sino que también innova: los cuadros vivos. Esta técnica, que permite cultivar plantas enmarcadas y colgadas en las paredes es una solución perfecta para quienes aman la jardinería, pero carecen de espacio o tiempo. 

Cristóbal Venegas y Marjorie Aroca, dos jóvenes usuarios del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) de La Pintana, en la Región Metropolitana, han encontrado en esta práctica una forma de unir su pasión por las plantas y su deseo de emprender.

Marjorie tiene desde hace varios años el vivero “Mayoya”, donde ofrece suculentas, pasto gatero, arreglos florales y kokedamas (pantas ornamentales cultivadas en una bola de musgo). Ahí conoció a Cristóbal, quien se dedica a la carpintería, se enamoraron y decidieron compartir su pasión por las plantas y también unir sus conocimientos.

Actualmente, tras varios cursos de especialización, están incursionado en la creación de cuadros vivos, adaptados tanto para interiores como para exteriores. "Una gran opción si a usted le gustan las plantas y no tiene espacio o tiempo para estar regándolas, porque requieren de muy poca agua", comentan.

La elaboración de un cuadro vivo no es tarea simple. Primero, seleccionan el tipo de plantas, ya sea de sol o de sombra, asegurando que cada cuadro mantenga un ecosistema adecuado para sus habitantes. Luego, emplean un recipiente de madera, cuidadosamente impermeabilizado con productos específicos como Carbonileo y Stain, para garantizar su durabilidad y protección contra la humedad y los rayos UV.

El sustrato utilizado es una mezcla de perlita, fibra de coco y turba, clave para mantener el peso ligero del cuadro y proporcionar un entorno ideal para el crecimiento de las plantas. "Es importante elegir bien las especies y dejarlas con un poco de aire entre cada una, porque de lo contrario se van a empezar a mutilar entre ellas", explican los jóvenes.

Finalmente, tras colocar una malla de plástico y un manto de musgo para conservar la humedad, comienza la parte más creativa: plantar. Cada cuadro se convierte en una obra de arte viva, la que una vez terminada sólo queda regar cada diez días.

Si quiere conocer el trabajo de Cristóbal y Marjorie los puede encontrar en los Mercados Campesinos de INDAP de La Pintana y de Puente Alto, donde podrá ver cómo el trabajo rural puede fusionarse con ideas innovadoras para crear soluciones sostenibles y prácticas. Los cuadros vivos no sólo decoran, sino que transforman espacios, llenándolos de vida y naturaleza.

Instagram: @vivero_mayoya

Celular: +56 9 7216 7295