Ingenioso agricultor de Diego de Almagro cría conejos en una mina de oro abandonada

Autor: Indap

Atacama
La quebrada de Agua Dulce se ubica a unos 80 kilómetros al este de Diego de Almagro y aparece como un contraste frente al paisaje desértico de Atacama. En su entrada, junto a siembras de alfalfa y algunos pimientos, hay un pequeño grupo viviendas sociales que alberga a la comunidad colla que lleva el mismo nombre de la quebrada. Las casas, montadas en su mayoría sobre troncos, señalan los efectos del aluvión al igual que la fachada de la nueva sede social de la comunidad, a unos cuantos metros de la malograda sede vieja, que simboliza la esperanza de la reconstrucción para sus habitantes.

Uno de ellos, Francisco Cortés (67), llegó hace más de cuarenta años a trabajar piques mineros de oro en los alrededores de Potrerillos, pero desde hace treinta que vio en las antiguas higueras, damascos y perales de Agua Dulce una oportunidad para labrar la tierra, convirtiéndose así en agricultor. Hoy, pese a que el barro se llevó la mayoría de los árboles frutales, Francisco se ocupa de sembrar hortalizas y alfalfa para sus animales. 

Conejos de oro


No obstante hay una idea que le ha quitado el sueño a este comunero colla desde algunos años la cual finalmente realizó uniendo el “ingenio chileno” con la experiencia de minero y agricultor. Nos lleva hacia el fondo de su chacra bordeando un farellón que dejaron los aluviones al final del predio. No hay más que piedras y rodados además de una puerta de latón hechizo. Antes de llegar a la puerta se detiene a sacar algunas matas de chépica y procede a quitar el candado.

“Descubrí una mina de oro abandonada en esta ladera del cerro, la desenterré, limpié y se me ocurrió hacer en estas cavernas un corral para criar conejos. Las paredes y fondo son pura roca hacia todos lados lo que hace las veces de barrera para que no hagan forados y se escapen. ¡Imagínese... ahora tengo conejos de oro en vez de mina!", -se ríe- antes de meterse por una de las dos cavernas que aparecen tras cruzar la puerta de metal.

“Antes del aluvión tenía cerca de 60 conejos y se vendían muchos, pero las lluvias me mataron los animales, así que desde el año pasado rehice la conejera en la mina y tengo ya cerca de 20 animalitos nuevos y listos para vender”, comenta orgulloso mientras recorre las instalaciones de su "creación". Cuenta además los esfuerzos que ha debido hacer para alimentar tanta cantidad de animales aparte de los conejos. “La alfalfa que tengo sembrada me ha dado el soporte para abastecer la engorda de mis animales y gracias a proyectos del Programa de Desarrollo Indígena del INDAP me estoy proyectando para sembrar más pasto para alimentarlos”, refiriéndose a que aparte de los conejos, su atención también la ocupan caballares y burros que él mismo se encarga de herrar para arar la tierra y sembrar cebollas, ajos y porotos verdes.

Desarrollo territorial

Francisco Cortés al igual que los otros cinco miembros de la comunidad está optimista frente a los nuevos proyectos que se avecinan en la provincia de Chañaral donde el eje principal será la reactivación del ferrocarril que viene de Catamarca. 

“Las autoridades nos dijeron esta semana, en un encuentro en la sede, que se va a reactivar el puerto de Barquitos y la línea del tren porque la fundición de Potrerillos volverá a operar como antaño en un acuerdo futuro con el gobierno de Catamarca. Yo creo que eso va a traer el turismo y comercio con mucha gente de países vecinos que vendrán a visitar estas tierras. Vamos a tener una gran oportunidad para vender hortalizas, frutas y animales a los pasajeros y, por qué no decirlo, también podemos ofrecerle al turista atractivos rurales indígenas del pueblo colla de esta quebrada y otras similares como la Quebrada del Jardín ”. 

En ​resumen, la esperanza reflejada en los ojos del renovado agricultor a quien, ni la naturaleza ni las contingencias de los últimos meses, han restado sus deseos de triunfar