INDAP y productores celebran denominación de origen para el aceite de oliva del Valle de Huasco
Autor: Indap
Nacional Atacama
De fiesta están los olivicultores del Valle de Huasco luego que el aceite de oliva de esa zona se convirtiera en el primer producto de la Región de Atacama y del Norte Chico en obtener el Sello de Denominación de Origen (D.O.), distintivo que entregan el Ministerio de Economía y el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi) y que identifica a un producto como originario del país, una región o una localidad -como en este caso- cuando su calidad, reputación u otra característica es imputable a su origen geográfico.
La entrega del certificado que acredita este sello se realizó en el marco del Seminario Nacional de Indicaciones Geográficas y Denominaciones de Origen, organizado por Inapi y la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) del Ministerio de Agricultura en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), actividad a la que asistieron el subsecretario de Economía y Empresas de Menor Tamaño, Ignacio Guerrero, y el intendente de Atacama, Francisco Sánchez, entre otras autoridades.
La solicitud al Programa Sello de Origen, iniciativa que busca proteger y potenciar los productos típicos chilenos para impulsar el emprendimiento y el desarrollo económico de las comunidades, fue presentada en 2012 por la Asociación Gremial de Agricultores de la Provincia del Huasco (AGA Huasco) al entonces ministro de Economía, Pablo Longueira, y debió sortear dos demandas de nulidad por incompatibilidad de marca registrada, las que fueron desestimadas.
El certificado precisa que el aceite protegido por la Denominación de Origen será necesariamente extra virgen, extraído solamente por medios físicos y utilizando al menos un 10 por ciento de oliva Sevillana. Las otras variedades permitidas en esta mezcla son: Manzanilla, Arbequina, Empeltre, Liguria y Frantoio. Agrega que el producto debe ser de una tonalidad amarillo-verdosa, con acidez inferior a 0,8%, ácido oleico igual o superior a 70% y polifenoles mayor o igual a 400 mg/kg (ppm). En cuanto a sus características organolépticas, destaca su aroma y frutado intenso, con ausencia de defectos”. La zona geográfica comprende el denominado Valle de Huasco, con las comunas de Freirina, Vallenar, Alto del Carmen y Huasco.
Según los productores de AGA Huasco, este aceite es único por su alto contenido de ácido oléico y polifenoles, así como por su inconfundible sabor, dado por la combinación de clima, suelo y agua del valle, unido a un sistema de tradicional de cultivo de olivas que data de los tiempos de la Conquista.
Este reconocimiento también es un importante impulso para los 114 productores de aceite de oliva que son usuarios de INDAP, los que a través de los programas Prodesal (90, con un total de 117 hectáreas) y SAT (24, varios de ellos pertenecientes a AGA Huasco) trabajan para mejorar su productividad y estándares de comercialización, y a partir de ahora podrán poner en valor los atributos de este producto, como costumbres, historia y calidad.
El director nacional de INDAP, Carlos Recondo, celebró la noticia y expresó que “hace justicia con el trabajo de las familias campesinas de la zona y la alta calidad de su producción”. Asimismo, hizo votos para que el sello permita el despegue de las diferentes actividades de la Agricultura Familiar en el valle y la región.
Robinson González, integrante de AGA Huasco, usuario de INDAP y cuarta generación familiar de olivicultores, hoy con la marca Payantume, expresó su alegría y orgullo por este reconocimiento, “obtenido después de una larga batalla”. Añadió que con el Sello de Denominación de Origen todos ganan en el valle y la región, “los pequeños y grandes productores, los antiguos y las nuevas generaciones, y también los artesanos y el turismo, porque se pone en valor la tradición y la cultura que hay detrás de esta noble actividad”.
El Programa Sello de Origen entrega registros de Indicación Geográfica (I.G.), Marcas Colectivas, Certificación y Denominación de Origen (D.O.), como la que el aceite de oliva del Valle de Huasco comparte desde ahora con la chicha de Curacaví, los chamantos y mantas corraleras de Doñihue, la sal de Cahuil, la alfarería de Pomaire, la loza de Pilén, la alfarería de Quinchamalí, el prosciutto de Capitán Pastene, la piedra cruz de Arauco, la sidra de Punucapa y las chupallas de Ninhue.