INDAP moderniza producción caprina para enfrentar la crisis hídrica en la Región de Coquimbo

Autor: Indap

Nacional

El traslado de ganado caprino, bovino y caballares hacia la zona sur del país a fines de 2019 e inicios de 2020, ante la poca  disponibilidad de cobertura vegetal, fue un reflejo de la aguda crisis hídrica que afectaba a la Región de Coquimbo. La situación hoy no es distinta: la zona, que entera ya más de una década de sequía, presenta al 18 de octubre un déficit anual de precipitaciones de 79,9%.

Según el académico Fernando Santibáñez, experto en bioclimatología e integrante del Comité de Cambio Climático del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), el talón de Aquiles de nuestro país es el agua, con epicentro en la zona centro-norte, entre Coquimbo y Maule. “La disminución pluviométrica es dramática, con lluvias cada vez más débiles, escasas y distanciadas, además de la baja caída nival”, afirma.

En la Región de Coquimbo esta situación ha golpeado duramente a los crianceros productores de leche de cabra, razón por la cual INDAP implementó el año pasado el Programa de Fortalecimiento Caprino Lechero (Plan Caprino), que mediante inversiones, asesoría especializada, convenios de cooperación y créditos busca potenciar un desarrollo eficiente y sustentable del rubro.

La zona, según cifras del INE y Odepa de 2019, concentra al 69,5 de la masa caprina nacional (310 mil cabezas) y representa el sustento de alrededor de 4.500 pequeños productores.

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El director nacional de INDAP, Carlos Recondo, explica que “a través del Plan Caprino nos estamos haciendo cargo de las dificultades que tienen los crianceros, que históricamente han alimentado a su ganado en los cerros de la precordillera, en la pradera que crecía naturalmente con la lluvia que hoy no tenemos”. Añade que “por eso estamos trabajando con los productores, para que cambien de un sistema extensivo a uno de mayor confinamiento del ganado”.

Este año el Plan Caprino tiene un presupuesto de $2.045 millones, con el cual se está financiando infraestructura básica productiva y de bienestar animal (corrales, bebederos, comederos, mangas de ordeña) y asesoría especializada. Además se contemplan capacitaciones, giras técnicas y ferias, para lo cual se suscribió un convenio con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

También se trabaja con el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), en la desparasitación y vigilancia sanitaria pasiva y activa de la masa ganadera; con la Universidad de Chile, en el mejoramiento genético de los rebaños criollos de la región, orientado a la producción de quesos; y con la Asociación de Municipalidades Rurales del Norte Chico (Amurch), para tener un catastro de las agrupaciones de crianceros del territorio y otros indicadores.

Según expertos, los crianceros de la región debieran transitar hacia un manejo productivo semi-estabulado, en el que se hagan movimientos de pastoreo en primavera y hasta inicios del verano, estableciendo una ración alimenticia para el resto del año.

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En relación al recurso hídrico, los planteles caprinos requieren entre 3 y 5 por ciento del peso de un animal en litros de agua diario; en ese sentido, el programa apunta a establecer una reducción del ganado acorde a las condiciones hídricas y de forraje que tenga el productor. Por eso también se ha potenciado la adquisición de bebederos, para un uso más eficiente del agua.

“El cambio climático nos interpela en nuestras acciones y el desafío frente a esta realidad de déficit hídrico y desertificación de los suelos es avanzar con un espíritu innovador hacia una adaptación sustentable de los sistemas productivos”, concluye el director nacional de Indap, Carlos Recondo.