INDAP financia innovadores proyectos de vinificación con huevos de hormigón en la Región de Ñuble

Autor: Claudia Worner

Zona Sur Asociatividad Mercado Ñuble
Huevos de hormigón para empresas asociativas de vinos de Nuble

Cada vez con mayor innovación están vinificando los pequeños agricultores del Valle del Itata, Región de Ñuble. Es el caso de las empresas asociativas campesinas Travesía del Pipeño y Viñateros del Cinsault, que reúnen a viñateros que están aplicando nuevas tecnologías a la forma de hacer vino, a la vez que rescatan antiguas prácticas para obtener productos casi sin intervención.

Gracias al financiamiento de INDAP, con recursos del Gobierno Regional, estas empresas sumaron modernos e innovadores huevos de hormigón en sus procesos, como lo constataron en terreno la directora regional de la institución, Tatiana Merino, y el encargado regional de Comercialización, Luis Flores. Esto, como resultado del Programa de Desarrollo de Inversiones, que busca fortalecer la vinicultura regional.

“Estamos muy orgullosos de estos proyectos, que son pioneros en traer esta novedosa tecnología para mejorar la calidad del vino que están produciendo y, además, con la intención de exportar en forma asociativa, lo que es un plus, porque no es fácil ser competitivo de forma individual”, destacó Merino Coria. Agregó que estos proyectos se suman a otras iniciativas como el Concurso del Vino del Valle del Itata y que se ha convertido en un referente a nivel nacional e internacional.

Óscar Crisóstomo, gobernador de Ñuble, señaló que “para el Gobierno Regional es muy importante apoyar la asociatividad en la Agricultura Familiar Campesina, como una estrategia que permite a los agricultores ser más competitivos y eficientes. A través de concursos de vinificación asociativa los viñateros han adquirido equipos para aumentar su producción y, de esta manera, aportar a la tecnificación del rubro, agregando un componente de innovación que les abre oportunidades de negocios y que potencian el nombre del Valle del Itata”.

Los huevos de hormigón, permiten que el contenido esté en constante movimiento, lo que facilita que se mantenga a una temperatura homogénea, sin traspasar aromas como en el caso de las barricas de madera. Además permite la microoxigenación, lo que ayuda a que el vino desarrolle las características puras de cada cepa.

Miguel Molina, de Travesía del Pipeño, dijo que este equipamiento les ha permitido avanzar en sus procesos y que como agrupación esperan lograr 12.500 litros de vino en esta vendimia. Los huevos, con capacidad de 2 mil litros cada uno, se van a usar para la fermentación y guarda, en un ambiente que espera rescatar una forma de hacer vino a la antigua, en el corazón de Coelemu. “Queremos mantener la tipicidad del lugar, en un ambiente rústico, con madera y teja para diferenciarnos, mostrar que podemos hacer un vino de muy buena calidad en un envase distinto al acero inoxidable”, expresó.

Añadió que los seis socios de la empresa “hemos visto que el mundo quiere vinos lo más naturales y menos intervenidos posible, y el vino que se hace en Itata es eso. Aquí no se aplican productos enológicos en gran cantidad. Hacer vino en Itata es un desafío, porque las parras producen poco, son de 45 grados de ladera, conducidas en cabeza, de 100 años para arriba. Es un vino particular en sus taninos y eso queremos potenciar”.

“Tenemos en nuestras espaldas a generaciones de viñateros y queremos rescatar lo que siempre hemos hecho en el campo, el real vino pipeño, a la usanza tradicional”, dijo Jorge Cotal, socio de la agrupación. Agregó que se eligieron los huevos porque cada socio tiene su vendimia en épocas distintas, por lo que en la vinificación también esperan diferenciar esos territorios.

En el caso de Viñateros del Cinsault, ellos postularon a seis huevos de hormigón de mil litros cada uno, los que se distribuirán en las bodegas de seis de sus nueve integrantes. El objetivo será “sacar un varietal de calidad para llegar a los mercados, aprovechando las características del hormigón, de no agregar aromas, y permitir la microoxigenación, para obtener las características de la cepa pura”, indicó Omar Fuentealba, enólogo de la empresa.

“Lo que queremos es que sea la cepa pura la que se muestre y se exprese en todo su potencial”, agregó Fuentealba. “Usar estos huevos es volver al inicio. En Itata el hormigón era un recurso que se usaba mucho antes del uso del acero, y el huevo nos da todo eso, volver l origen, a recuperar el movimiento natural del vino”, manifestó.