INDAP AMPLIA SUS CONOCIMIENTOS SOBRE LOS CIRCUITOS CORTOS

En la búsqueda de mejorar la comercialización de productos diferenciados o producidos a baja escala junto con establecer una relación más directo entre consumidor y productor, INDAP ha definido a los Circuitos Cortos (CC) de comercialización como uno de los énfasis que impulsará en el periodo 2014 – 2018.

Autor: Indap

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Tras este objetivo y reconociendo la poca información que existe al respecto, INDAP ha impulsado varios estudios para ampliar y profundizar los conocimientos sobre estos canales de comercialización, como insumos indispensables al diseño de políticas y programas que los fomenten. 

La Universidad de Chile presentó los primeros resultados de uno de estos estudios, financiado por Fundacion Ford y recibió apoyo técnico de Slow Food e INDAP, que colocó su atención sobre tres tipos de Circuitos Cortos: los mercados urbanos campesinos, las tiendas especializadas y el abastecimiento a redes de restaurantes y hoteles.

El primer dato que llama positivamente la atención es que el 70% de los ciudadanos encuestados muestra una clara sensibilidad hacia los productos campesinos: “40% de los consumidores se identifican como “comprometidos”, pues prefieren claramente los productos campesinos, porque apoya el desarrollo rural y por su calidad en tanto productos y un 33% se declaran “dispuestos” a darle preferencia, con una intensidad al menor en sus percepciones y actitudes” explica Claus Köbrich, coordinador del estudio.

En las lecciones aprendidas acerca de los iniciativas de mercados urbanos campesinos existentes en el mundo queda en evidencia la importancia y diversidad de este tipo de CC: la génesis, tamaño,  modelo de gestión, modo de funcionamiento, tipos de productos son muy variados. Sin embargo, son generalmente de un tamaño acotado (20 a 50 puestos) y con funcionamiento semanal o bisemanal.

Las tiendas especializadas revisten también una gran heterogeneidad.  “Podemos diferenciar aquellas tiendas que nacen a raíz de la detección de oportunidad comercial, las que corresponden a una tradición productiva que busca otras forma de comercializar y, por último, las tiendas que responden al deseo de consumidores de satisfacer demanda ética”, señala el académico. 

Los restaurantes, por su parte, muestran un creciente interés en comprar directamente a productores campesinos. Si bien los volúmenes demandados son acotados, son una excelente vitrina para visibilizar y valorizar la agricultura familiar campesina.

Más allá de los valiosos hallazgos específicos de este estudio que será publicado en las próximas semanas, cabe relevar algunas ideas fuerzas que surgen a raíz de éste.  

En primer lugar, es importante insistir que los CC van más allá de un modo específico de comercialización y deben estar asociados a un giro indispensable del sistema alimentario. Ello coloca a los consumidores, mejor llamados ciudadanos, como actores principales de esta nueva ola. En segundo lugar, los CC de venta directa son una solución atractiva para los productores de pequeña escala pero, para aquellos que transan mayores volúmenes, el apoyo debe apuntar no a eliminar el intermediario, sino más bien a lograr un intermediario justo. Y por último, es indispensable reconocer y valorar la heterogeneidad de los CC, dando la mayor flexibilidad posible a los programas que lo fomentarán.

Prensa INDAP