Hostería Agua Fresca da nuevo impulso a la agricultura y el turismo rural en Punta Arenas

Autor: Indap

Magallanes

Si la vieja casona de casi 120 años hablara, diría que al principio no había árboles ni camino y todo era un sinuoso paisaje encandilado por el Estrecho de Magallanes. La decena de cipreses gigantes que hoy la protegen del viento fueron plantados por Nicolás Rajcevic Drpic, quien llegó desde la ex Yugoslavia (actual Croacia) en la década del 20 a poblar el sector, ubicado a 28 kilómetros al sur de Punta Arenas.

Hoy, alojar o visitar por el día y disfrutar de onces magallánicas o de un almuerzo campestre en la Hostería Agua Fresca es parte de la oferta disponible. A eso se suman paseos a caballo, jineteadas y recorridos en kayak.

“Gracias al apoyo de INDAP, le estamos dando un nuevo impulso a la agricultura y al turismo rural. Tenemos en la sangre la vida del campo. Ya van cinco generaciones que disfrutan y viven de esta tierra”, dice Alejandra Sánchez Rajcevic, usuaria de INDAP y bisnieta del pionero que hoy mantiene vivas las tradiciones, acompañada de su madre, Zdenka Rajcevic, esposo e hijas. 

Hace poco más de cuatro años que Alejandra Sánchez es usuaria del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de INDAP en Punta Arenas y ya cuenta con un invernadero de metalcom de 120 metros cuadrados, cortinas cortaviento y un motocultivador.

“En la hostería nuestros productos son frescos y sanos. Todas las hortalizas que utilizamos las producimos aquí, al igual que los huevos y la carne. Durante la pandemia nos abastecimos y ahí nos dimos cuenta de la importancia de producir nuestros alimentos”, comenta Alejandra durante la visita realizada a la hostería por el director de INDAP Magallanes, Petar Bradasic, y los profesionales del Prodesal de Punta Arenas Rocío Castro y Julio Yagello. 

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Antiguos vecinos del sector han loteado sus parcelas y cedido a la tentación de vender. Por una hectárea sin árboles han cobrado hasta 60 millones de pesos. Hay muchas de media hectárea que se empinan incluso sobre ese valor.

“Nosotros ni siquiera lo hemos pensado. Ojalá que las generaciones que vienen sigan cuidando la tierra y dedicándose a la ganadería y la agricultura. La herencia campesina no tiene precio y alguien tiene que seguir cultivando para producir alimentos”, reflexiona Alejandra, mientras el paisaje de su entorno hoy luce cercos y loteos de parcelas de agrado. 

Para Petar Bradasic, la historia de Alejandra y su familia refleja el espíritu de la institución y la agricultura en la zona austral: “quisimos conocer los avances y desafíos de la hostería y reconocer el esfuerzo realizado por varias generaciones durante décadas, en el contexto de la Semana de la Pyme. Esta familia es un ejemplo digno de imitar, que representa el sentido y espíritu de INDAP”.

Rocío Castro, coordinadora del Prodesal de Punta Arenas, destaca los avances y el impacto que tuvo el convenio de programación desarrollado entre INDAP y el Gobierno Regional, que permitió fortalecer de manera directa la agricultura en la zona austral con la entrega de maquinaria, invernaderos, gallineros, bodegas y proyectos de riego, entre otros.

“Hay un antes y un después en la historia de la agricultura regional. Ningún otro convenio ha tenido tanta fuerza y generado un impacto tan eficiente y directo en el mundo campesino, y eso se nota en la venta de hortalizas y en las distintas ferias que promueve INDAP. Sin estos recursos del GORE la agricultura no hubiese dado el gran paso que dio estos últimos años”, asegura Castro. 

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Recorrido con historia 

El aire marino y la historia acompañan al visitante en la Hostería Agua Fresca. Un letrero visible desde la ruta marca el inicio del territorio, un espacio donde conviven las tradiciones patagónicas con la agricultura, el sabor del pan amasado horneado a leña, los dulces de origen europeo y recetas traspasadas de generación en generación. 

La bisnieta del pionero recuerda que entonces su bisabuelo hacía trueques con los kawésqar que llegaban en sus chalupas (canoas) por el Estrecho de Magallanes, vendía queso fresco y promovía una ganadería y una agricultura que mantienen hasta el día de hoy. 

Para visitar la hostería hay que coordinar previamente, con el fin de resguardar los aforos y tener preparada la alimentación. Para onces, almuerzos campestres u ocupar una de las tres cabañas disponibles para alojar hay que llamar a Alejandra al fono +56 9 9649 1224. 

“La pandemia nos afectó. Durante la temporada llegaban muchos turistas en barco y hoy estamos recién retomando la rutina y apostando principalmente al magallánico. Hay muchas personas que no conocen la vida de campo en la Patagonia y qué más rico que disfrutar de las preparaciones y la buena comida casera del campo”, invita Alejandra Sánchez Rajcevic.