Horario exclusivo para Magallanes favorece a la agricultura y potencia la oferta turística invernal

Autor: Indap

Magallanes
Quién llegue a Magallanes en invierno, tendrá la sensación de estar en otro país. Y es que en la zona austral nunca más se cambiará la hora del reloj.  Así lo decretó la Presidenta Michelle Bachelet en la ciudad de Punta Arenas, ante un centenar de personas que aplaudieron de pie la rúbrica que desconecta para siempre el horario de los magallánicos con el resto de Chile, al menos durante tres meses.

"Sabemos bien que aquí lo bello convive con lo inclemente, porque el clima de lo austral se suma también a las dificultades de conectividad y junto con ello la penumbra del invierno del sur mundo", justificó Bachelet.

El decreto pone fin a una oscuridad que ocasiona molestia cada invierno a los habitantes de la región austral, principalmente entre los meses de junio y julio. Porque mientras el sol se oculta a las 18 horas en Santiago, en Magallanes ocurre cerca de las 16.30 horas. 

Una historia que no se repetirá el 2017, cuando el país atrase una hora el reloj, en la zona austral se mantendrá el actual horario de verano.  "Podemos decir literalmente que ha llegado la hora de Magallanes", precisó la mandataria.

La noticia fue destacada en las redes sociales y por las autoridades como un triunfo y un anhelo de Magallanes. Porque es una luz potente al estado anímico que favorece el trabajo y potencia la oferta turística durante los meses de invierno. 

En esa fecha no hay producción agrícola importante en la zona, gran parte de los emprendedores silvioagropecuarios se dedican a arreglar sus invernaderos y preparar la tierra.  “Anímicamente favorece la luz, sobre todo cuando comienzan los trabajos de reparación y preparación de tierra.  Pienso que es positivo y es una buena señal”, precisó Juan Mercegué, Ejecutivo integral del Área INDAP de Punta Arenas.

Por otro lado, el director regional de INDAP, Víctor Vargas, destacó la medida y aseguró que ayuda a potenciar la oferta turística de invierno. “La luz siempre es bienvenida, sobre todo en invierno que las noches se hacen más largas.  Los turistas que llegan tendrán la oportunidad de disfrutar de las bellezas de la zona y encandilarse con nuestra oferta que en el mundo rural cada día cobra más fuerza en la región austral”.
 
El desafío de mantener la normalidad

La tarea más difícil será adecuar los sistemas administrativos y tecnológicos de un país que queda dividido en el horario.  Bancos, aerolíneas, computadores y todas las empresas que funcionen con sistemas conectados y en línea, tienen un plazo de seis meses para generar las coordinaciones necesarias para no alterar la normalidad.

"Van a existir complicaciones. Pero siempre es un problema menor y solucionable. Acá gana la calidad de vida de los habitantes y es un acto de descentralización que valoramos", dijo Vargas.
Según el Ministro de Energía, Andrés Rebolledo, el desafío de adecuar la hora de Chile a la nueva realidad horaria de Magallanes fue considerado en los estudios y conversado con los distintos actores involucrados.  “Un elemento importante era anunciarlo con bastante antelación, por eso lo estamos haciendo seis meses antes, así lo entendimos en todas las conversaciones que sostuvimos tanto en la región como con actores nacionales”.

Hubo consenso –agrega- en los sectores productivos y de servicio que llegado el momento de sumar y restar el bienestar de ganar una hora en la tarde es lo que más satisfacía a la región.

El estudio presentado por la Universidad de Magallanes fue decisivo. El informe prevé un impacto positivo en el ámbito productivo, con más horas de luz para el trabajo en construcción, ganadería y turismo.

Por otro lado, el informe señala que tendrá un impacto en el ahorro de energía de 2.961 pesos en una cuenta tipo de 200 KWh/mes.

Además en el estudio se recopilaron antecedentes en países con ciudades con horarios distintos; analizaron la información que pidió el ministerio de Energía y gobierno regional a distintos actores nacionales y regionales; y finalmente hubo un taller participativo para respaldar y potenciar las recomendaciones en distintas áreas.

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