Fórmulas para mejores relaciones entre grandes empresas y campesinos: resultados de un estudio encargado por INDAP

Autor: Indap

Nacional

Nuevo trato, valor compartido y convivencia son algunos de los conceptos que desarrolla el nuevo documento de estudio promovido por INDAP esta vez para avanzar en una mejor relación de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) entre las grandes compañías y los miles de emprendedores de la pequeña agricultura.

“Relacionamiento entre la Agricultura Familiar Campesina, INDAP y empresas responsables”, es el nombre de este texto, que ya está disponible para su descarga aquí, realizado por los expertos Marina Hermosilla y José Briones, con  el  apoyo  de  la  Fundación  Ford  y  la  colaboración técnica de este servicio y el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural – RIMISP.

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El objetivo central del trabajo es responder a la pregunta sobre cómo mejorar y potenciar las relaciones entre estos actores distinguiendo distintos tipos de empresas, analizando proyectos concretos con productores y territorios, y relatando la evolución del enfoque RSE en el mundo y en Chile.

Las experiencias tratadas son múltiples y entre ellas destacan el trabajo de organización y diálogo entre los recolectores de productos forestales no madereros del Biobío ante las empresas dueñas de los bosques, y el Programa de Desarrollo Local de Pullinque que liga a familias mapuche, una corporación agraria, escuelas, municipio y la empresa Enel Green Power.

El texto de 164 páginas, junto con proponer estándares y criterios mínimos tanto para las propias empresas como para los proyectos de colaboración entre éstas y la AFC que cautelen la correcta concreción del enfoque planteado, hace especial énfasis en la necesidad de asumir reglas básicas como el establecimiento de objetivos en cada diálogo, contar con estructuras y procesos definidos, y asegurar la transparencia asi como generar confianza entre los actores, para lo cual la figura de facilitador es indispensable. 

Es con estas condiciones que se podrá lograr, por una parte, una convivencia social armoniosa, y por otra, atraer y canalizar recursos, competencias y oportunidades hacia las comunidades locales para su desarrollo y el mejoramiento de su calidad de vida.