Delfín Toro: un Héroe de la Alimentación que brilla desde el interior de O´Higgins

Una experiencia completa de desarrollo agroecológico y comercio justo, cruzada por dos conceptos claves como la “confianza” y la “seguridad alimentaria de su pueblo”, impregnan el trabajo del agricultor familiar Delfín Toro Peña (58), de la localidad de El Molino de Pencahue, en San Vicente de Tagua Tagua, región de O´Higgins.  

Don Pimpe, como también lo conocen sus vecinos en esos valles y cerros donde vive y cultiva, y en el Prodesal donde recibe asistencia, es un ‘Héroe de la Alimentación’ como lo definió la FAO de las Naciones Unidas en 2020 al entregarle ese galardón en la categoría Líderes Comunitarios.  

Se trata de un reconocimiento que se confirma y hasta queda corto cuando se conversa con él en su predio en el que en apenas 0,3 hectáreas llega a tener 120 variedades distintas de hortalizas y frutos, sin contar la red viva de insectos y lombrices que recorren de un lado a otro, y los animales, vacas, ovejas, aves y conejos, que proveen el estiércol para generar abonos naturales, en un círculo virtuoso que se traduce en colores, aromas y sabores por cientos. 

“Nosotros nos dedicamos al policultivo, hablamos de alelopatía en que se fortalecen las plantas unas con otras. Implica biodiversidad, corredores biológicos, rotaciones de cultivos en que llevamos bien la cuenta, nutrición del suelo. Todo eso consideramos”, describe el agricultor.  

Delfín Toro, hijo y nieto de agricultores, se decidió por la agroecología alertado por una enfermedad alimentaria de una de sus hijas que puso como prioridad la necesidad de proveerla de productos libres de químicos. Ese espacio enriquecido en biodiversidad  lo denominó “AgroLimpio Pencahue”.  

Hortalizas sin pesticidas ni fertilizantes sintéticos fue la oferta que pudo promover mejor a través de las redes sociales como la cuenta de Instagram @agrolimpio.pencahue, que asumieron a cargo justamente sus hijas, o el canal de Youtube del Prodesal de San Vicente de Tagua Tagua. Familias vecinas, viajeros en ruta, que supieron de esto comenzaron a llegar y en la entrada recibieron una canasta y la indicación para ir al fondo a buscar lo que necesitaran y luego se veían los valores. Más tarde llegaron productores de otros grupos Prodesal, universidades como la USACH con apoyos técnicos y también estudiantes aprendiendo de sus saberes.  

ALIMENTOS PARA EL PUEBLO Y PRECIO JUSTO 

Su inquietud, sin embargo, evolucionó cuando pensó en su pueblo y en su seguridad alimentaria. Su prioridad inicial era la de formar una granja educativa, sin embargo, recuerda, “después dijimos no, mejor vamos por la parte de producir alimentos”. “Falta mucho alimento en el mundo. Nosotros mismos nos damos cuenta que por aquí pasan fuera de mi casa 5 a 6 verduleros que antes no pasaban. Antes todos teníamos su huertecito. No sé qué pasará”, comenta.  

El paso siguiente fue el de cortar la línea de los intermediarios que en busca de la ganancia terminan encareciendo estos productos ante sus consumidores finales. Precio justo y circuitos cortos fueron sus nuevos lemas que lo llevaron a generar el concepto de “intermediarios equitativos” con quienes ponerse de acuerdo en valores de venta y entrega basado en otra palabra, la confianza, que pone de relieve en esta conversación en medio de una parte de su parcela en que amistosamente crecen frutillas –ahí mismo donde el año pasado hubo quinua-, junto al maíz, las papas, las lechugas y los tomates.  

“El precio justo es un precio equitativo que lo marcamos junto con los consumidores, diciendo mira nosotros vamos a producir lechuga este año y la lechuga tiene un precio base de 100 a 120 pesos de producción y de ahí ponemos lo que uno quiere ganar o estima lo que quiere ganar. A eso llamamos precio justo cosa que sea equitativo para mí, mi trabajo, y para la persona que me lo va a comprar”, acota. 

Respecto del intermediario, señala, “sabemos qué es lo que tiene que ganar. Por ejemplo con la lechuga demoramos 2 meses en producirla y en cambio el intermediario la compra en la mañana y en la tarde tiene su dinero en el bolsillo. A eso llamamos nosotros que sea un precio equitativo o justo, que no gane más que el productor”. 

UN LÍDER PARA O´HIGGINS Y CHILE 

Un Héroe de la Alimentación es alguien que también motiva a su entorno. Las ideas claras de Don Pimpe contribuyeron a articular circuitos locales en esa comuna con casi 100 familias conectadas con su producción y replicando esas prácticas. Mientras en la Plaza de San Vicente otro rayo de la luz que emite su predio motivó la formación del Mercado de la Tierra, una vez al mes, y una feria vespertina de agricultores.  

“Su conocimiento en terreno impresiona”, dijo el director nacional de INDAP, Santiago Rojas, que lo visitó a mediados de noviembre junto al subsecretario de Agricultura, José Guajardo, la Secretaria Técnica del Comité Nacional para la Prevención y Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos –CNPDA-  Macarena Espinoza (ODEPA) y los equipos en terreno de INDAP O´Higgins.   

“Vemos acá a un líder agroecológico local, y quizás nacional también, que nos permite relevar la importancia de la agroecología. Ha diversificado la producción, ha incorporado especies melíferas, especies que atraen insectos benéficos. Fue muy grata la conversación. Hablamos también del comercio justo, cómo se relaciona directamente con los consumidores para que aprendan y conozcan los sistemas productivos basado en la confianza. También se relaciona con los chef de la región para que haya un aprendizaje mutuo. Entonces se conectan todos los sistemas de la cadena de un sistema alimentario sostenible que es algo que como INDAP también estamos apuntando a co-construir”, comentó Santiago Rojas.  

El subsecretario Guajardo reafirmó en tanto que esta es una línea de trabajo prioritaria para todo el Ministerio de Agricultura y valoró, a partir del desarrollo de Delfín Toro y su familia, el que “no puede ser que pensemos solamente en sacar una ganancia económica para hoy día sin pensar en lo que viene más adelante. Por eso estas iniciativas son relevantes y son ejemplos para los demás, demostrando que si se puede hacer”. 

AGRICULTURA FAMILIAR EN PLENO 

El director nacional de INDAP, a partir de experiencias agroecológicas como ésta, enfatizó que el servicio se pone “a disposición para que otras campesinas y campesinos se puedan incorporar, sepan que es rentable, amigable con el medio ambiente y se puede incorporar a la familia”. 

Las hijas de Delfín Toro, luego sus nietos y su familia entera se alimentaron mejor. En las faenas creativas en el campo crecieron y le tomaron cariño y ahora son de esos jóvenes que contradicen esa muletilla que dice que solo se quieren ir, que el campo se envejece. “Esto nos ha mantenido unidos. Producir, mostrar el huerto, lo mismo que le digo lo puede decir una de mis hijas. ellas saben lo que estamos haciendo y entre ellas la primera es jefa de salud de una posta, la segunda es ingeniera Civil Industrial y trabaja en un exportadora, la tercera estudia Turismo y la cuarta estudia Agronomía en la Universidad de O´Higgins”, describe. Agrega que  “esto es traspasar conocimientos, decirles que esto lo hicieron mis abuelos y luego yo y ahora les toca a ustedes y luego a los hijos de ustedes. Es traspasar saberes más que cuestiones lucrativas”.