Con mejoramiento genético de bovinos INDAP impulsa desarrollo de pequeña ganadería en Aysén

Autor: Claudia Molina

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Ganadería bovina Aysén

Uno de los ejes del desarrollo productivo de Aysén sin duda ha sido la ganadería. Desde los inicios del poblamiento de la región, el oficio ganadero ha permitido acercar el desarrollo a las distintas zonas de esta Patagonia, en muchos casos agreste, distante, con un clima desafiante pero con suelos fértiles y de gran extensión.

Así comienza el prólogo escrito por el director de INDAP Aysén, Patricio Urrutia, para el Primer Libro de Registro Bovino realizado por la institución, una herramienta que permitirá que los pequeños ganaderos puedan llevar un Registro Sanitario y de Encaste de su producción bovina.

Todo hace pensar que el mejoramiento de los procesos técnicos, genéticos y productivos han sido las claves para un desarrollo sostenido del rubro, pero esto también es producto de una serie de capacidades puestas a disposición de los productores durante largos años.

El escenario actual ha sido positivo para los productores de carne bovina en la región, dado que los precios de abril-mayo 2021 para los terneros fueron 40% más altos en comparación al año anterior y un 60% durante octubre-noviembre, pese a la pandemia.

Este escenario tiene relación con la situación que vive el país en materia económica, al existir más dinero circulante. Otros factores son el alza del dólar y la disminución de la producción de carne en el resto del país, lo que se convirtió en una oportunidad para los productores locales.

INDAP ha realizado diversas acciones para fortalecer a este rubro, como la implementación del Programa de Mejoramiento Genético, en 2010, lo que permitió introducir en la región la raza Aberdeen Angus, que mejoró la calidad de los animales. Asimismo, con fondos del GORE fue posible inseminar 4 mil vientres y hacer entrega a los productores de 75 toros mejoradores entre 2010 y 2014.

Hoy la realidad supera estas cifras, gracias a la implementación del Programa Mejoramiento de la Competitividad Bovina de la Agricultura Familiar Campesina, también financiado por el GORE, que concluye este año y que ha representado un apoyo integral para 300 agricultores, contemplando inseminación artificial y la compra de toros mejoradores.

El programa, que se implementó en Coyhaique, Puerto Aysén y La Junta, también ha aportado en mejoramiento de manejos, sanidad, genética, asesoría, modernización y visión comercial, la base para cumplir las expectativas de un rubro a escala mundial. Así quedó demostrado en el caso del productor Ney Barrientos, del sector El Blanco, quien materializó la venta de bovinos a China.

Carlos Hennicke, jefe de la Unidad de Asistencia Financiera de INDAP, sostiene que “uno de los apoyos que hicimos a nuestros productores a través de sus organizaciones fue mantenerlos informados respecto a los precios actualizados del sector, sin desmerecer el impulso que se ha hecho a través de los fondos regionales y del Programa de Desarrollo de Inversiones (PDI), que ha permitido a los productores hacer inversiones en infraestructura, corrales, mangas techadas, apotreramiento, cepos metálicos, romanas, cercos eléctricos y galpones, entre otras”.

En este contexto, el director de INDAP Aysén, Patricio Urrutia, destaca no solo el impacto que ha traído este desarrollo sostenido de la ganadería, sino también cómo los productores se han adaptado a la tecnología y han generado redes asociativas. “El acopio asociativo que se da en la bajada de Río Ibáñez y Mallín Grande, y el trabajo criancero y de comercialización de La Junta, son ejemplos de este crecimiento colectivo y de la confianza entre pares de los productores”, expresó.

Alejandro Valverde, coordinador del Programa FNDR Ganadero Bovino, dijo que “lo destacable de este programa es que hay una vinculación directa entre inversión guiada técnicamente de acuerdo a las necesidades del productor y la asesoría acorde a los requerimientos, basada en sanidad animal y manejos productivos para mejorar la eficiencia. También se ha contado con apoyo en la adquisición de toros de buena procedencia genética y otro aspecto importante es poder acceder al subprograma de Incentivo a la Retención de Vientres (IRV), que le permite al productor retener las hembras de mejor calidad para su explotación”, puntualizó.

Dado el escenario sanitario y según las proyecciones internacionales –sostuvo Carlos Hennicke–, lo más importante es que los productores puedan adecuar su capacidad talajera a la realidad de su predio, considerando factores como el cambio climático, y entender que la economía bajo estos escenarios es dinámica y puede cambiar permanentemente.