Con apoyo de INDAP: mujeres rurales del Biobío avanzan en autonomía y liderazgo
Autor: Martina Polanco
Fotografía: INDAP Biobío
Zona Sur Asociatividad Programas Eje Biobío
Las mujeres han sido históricamente el alma de la agricultura familiar campesina, un rol que han ejercido invisibilizadas y sorteando dificultades como el acceso a tierras, financiamiento y participación limitada en espacios de toma de decisiones. En los últimos años se han reforzado políticas y programas para mejorar sus condiciones de vida en el mundo rural, desafíos que son prioridad en el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), organismo dependiente del ministerio de Agricultura.
En 2024 las mujeres alcanzaron el 55,3% del total de usuarios apoyados por la institución con asesoría técnica, cifra que se traduce en 6.712 agricultoras a nivel regional. La mayoría participa en el Programa de Desarrollo local (Prodesal) y en el Programa de Desarrollo Territorial Indígena (PDTI), alcanzando el 59% y 51% del total de los beneficiarios, respectivamente. El trabajo que realizan es diverso: desde el cultivo de hortalizas, hasta el manejo de animales menores, producción de miel, elaboración de agroprocesados, confección de artesanías, entre otros.
Sin embargo, el aporte de las campesinas va más allá de la producción. “Las mujeres son las grandes guardianas de la biodiversidad y del patrimonio agroalimentario. Son ellas y los jóvenes quienes están liderando la transición hacia una agricultura sostenible. Su apego a prácticas tradicionales y ancestrales, sumado a la cosmovisión del 35% de nuestras usuarias que se identifican como mapuche, marca la diferencia”, destaca directora regional de INDAP Biobío, Fabiola Lara.
El reconocimiento de la labor femenina también se refleja en la ejecución del Programa Mujeres Rurales, ejecutado conjuntamente por INDAP y la Fundación Prodemu, que anualmente en la región del Biobío brinda apoyo integral a más de 300 productoras en un proceso de acompañamiento que se extiende por tres años. De esta forma se apunta a potenciar sus emprendimientos y facilitar su inserción en el mercado para que tengan una participación activa en la economía agrícola.
“Muchas agricultoras enfrentan jornadas dobles de trabajo, entre labores productivas y tareas domésticas o de cuidado no remunerado. Si queremos un sector agrícola más justo y equitativo, debemos garantizar que ellas tengan acceso real a oportunidades de desarrollo y eso estamos haciendo como gobierno a través de INDAP y de los distintos servicios del agro”, manifestó Pamela Gatti, seremi de Agricultura del Biobío.
Los avances han ido a la par de la autovaloración de las mujeres y su participación en espacios de representación. “Empoderar a las campesinas es una tarea urgente para generar cambios más profundos y lograr un desarrollo rural con equidad”, sostiene Lucía Millanao Cisternas, delegada de la Mesa Regional de la Mujer Rural e Indígena. La instancia es liderada por INDAP y la Seremi de la Mujer, recogiendo las necesidades y observaciones a la oferta programática institucional.
En la misma línea, las Escuelas de Lideresas han reforzado este objetivo en los últimos dos años, con cerca de 100 mujeres que han adquirido herramientas para desarrollar el liderazgo, la inteligencia emocional, la comunicación efectiva y la toma de decisiones, capacidades que buscan hacerlas parte activa del desarrollo rural.