COMBARBALINA RESCATA EL ARTE DE ELABORAR CESTERÍA DE CAÑA

Autor: Indap

Coquimbo
Lo que comenzó como una simple curiosidad, con el tiempo se transformó en un trabajo que le permite obtener mayores ingresos y, a la vez, varios reconocimientos. Milza Araya (40), oriunda de Combarbalá, combina los rubros criancero, agrícola y apícola, con la artesanía.  Con esta última labor ha podido destacarse tanto a nivel local como también nacional.

Desde muy pequeña comenzó observando a su abuela –con quien vive, junto a su madre- en el arte de elaborar cestas de caña. Con el tiempo fue conociendo cada detalle del proceso y comenzó a confeccionarlas por su cuenta. Cada pieza puede llevarle 4 horas de trabajo o más. 

“Hago dos canastos al día. Los chicos y medianos pueden servir para colocar productos o alimentos y los más grandes, que es de la forma de un barril, puede utilizarse para guardar la ropa. Además, pueden ser un bonito regalo, porque es algo original”, comenta Milza, quien vive en el sector El Maray de Quilitapia, distante a 30 minutos del centro de Combarbalá, lugar al que describe como “bonito y súper tranquilo, donde no hay delincuencia. Aunque es sacrificado, sobre todo cuando hay emergencias, porque estamos muy a tras mano”.

Si bien ya es bien conocido su trabajo en la comuna limarina, comenta que en un comienzo debió buscar distintas maneras de ofrecer sus productos. “Al principio como no me conocían no llegaba nadie a mi casa a comprar. Entonces tuve que ir a vender directamente a Combarbalá, con la ayuda de una tía”, recuerda.

Reconoce que su arte muchas veces ha sido incomprendido: “Me han dicho que los productos son caros, pero no saben todo lo cuesta hacer una cesta, especialmente porque es algo que hago con mis propias manos”. 

Respecto al proceso de elaboración explica que se deben cumplir varias exigencias, muchas de ellas derivadas de tradiciones que se han mantenido de generación en generación, entre las que destaca “cortar la caña cuando la luna está menguante, porque se dice que cuando está creciente no dura mucho porque se apolilla. Además, en el invierno es preferible no trabajarla, porque es más probable que se quiebre por el frío”.

Con el pasar de los años su trabajo está rindiendo frutos, debido a que INDAP y la municipalidad de Combarbalá la han convidado a participar de ferias en Santiago. El año pasado, por ejemplo, postuló, con la ayuda de la institución del ministerio de Agricultura, al Sello de Excelencia a la Artesanía que organizan el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y la Pontificia Universidad Católica. 

Esta participación le significó una importante vitrina, especialmente porque quedó entre las pre-seleccionadas, de un total de 102 concursantes, y el jurado destacó el buen manejo de la técnica en la elaboración de los canastos. “Eso me llenó de entusiasmo y orgullo, porque se valoraron los 10 años que llevo dedicados a la cestería de manera constante”, destaca Milza Araya, quien este año espera nuevamente participar del certamen.

SEQUÍA

Sin embargo, la artesana no ha podido estar ajena a la cruda realidad que atraviesa Combarbalá, producto de una sequía sin contemplaciones que ha traído una serie de consecuencias para la economía de los pequeños agricultores. Al respecto detalla que “hace poco me estaba yendo muy mal con mis otras actividades, pero últimamente me ha ido mejor gracias a las lluvias que han caído… Si bien ha sido poco, al menos ha ayudado y los cabritos están mejor, más gorditos porque tienen más pasto”.

Actualmente tiene 75 cabritos y su fuerte es la producción de queso y también utiliza el guano para el abono de sus cultivos. Junto a ello tiene cinco colmenas.

Para seguir desarrollando sus distintos rubros, un apoyo clave ha sido el INDAP, institución a través de la cual ha obtenido profundización de noria y microterrazas y recursos e insumos que le han permitido mejorar sus producciones. Además, gracias al Programa para Zonas Rezagadas mejoró su corral caprino.

Respecto a sus principales objetivos Milza Araya comenta que quiere seguir desarrollando su arte en El Maray. “Quiero continuar elaborando cestas. Me gusta mucho todo el proceso que hay detrás de cada una de ellas y espero que se siga valorando este trabajo”.