Carlos Núnez, secretario de la Cooperativa Coopeumo: “Ser campesino es mi mayor orgullo”
Autor: Indap
Nacional O'Higgins
El Día del Campesino, que se conmemora cada 28 de julio y recuerda la publicación de las leyes de Reforma Agraria y Sindicalización Campesina durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, es una fecha que emociona a Carlos Núñez (76), secretario de la Cooperativa Coopeumo -que agrupa a 400 pequeños productores de trigo, maíz, curcubitáceas, cítricos y frutales de la Cuenca del Río Cachapoal- y presidente del Consejo Asesor Regional (CAR) de INDAP O’Higgins.
Casado con Gladys Zúñiga, dice que “ser campesino es mi mayor orgullo, ya que trabajar la tierra y cosechar sus frutos es un honor y además me permitió darles educación a mis tres hijas (de su primer matrimonio), las que hoy son unas destacadas profesionales: Marcela, contadora; Daniela, abogada, y Cecilia, cartógrafa. Ése es el sueño de toda persona de campo”.
Don Carlos fue el mayor de ocho hermanos. Vivía en la Hacienda Viña La Rosa Sofruco y su vida siempre estuvo ligada a la agricultura. Su abuelo trabajaba con carreta y bueyes y su padre tuvo vehículos que prestaban servicio a los fundos. Como su familia también tenía una pequeña huerta, el 30 de marzo de 1969 fue uno de los 180 campesinos que dieron vida a la cooperativa de la cual hoy es secretario: “Tenía habilidades de dirigente y siempre estuve en la primera línea”, recuerda.
Como también estudió mecánica automotriz, durante los 70 se empleó en una empresa agrícola, donde hacía el mantenimiento de máquinas y también aprendió el quehacer de los cultivos. “Un día el patrón me dijo: ya no vas a trabajar más para mí. Creí que me iba a echar, pero dijo que era hora de que tuviera lo mío y me arrendó una parcela de 15 hectáreas”. Con el tiempo llegó a tener su propio terreno -hoy de 4 hectáreas-, donde cultiva carozos y hortalizas.
Los socios de Coopeumo suman 2.500 hectáreas de tierra, un tercio de las cuales se destina a producción hortofrutícola. Son la empresa campesina con mayor volumen de operaciones a nivel nacional y su historia fue recogida por la FAO como ejemplo de asociatividad en Latinoamérica. “Sólo unidos se logra tener mejor calidad de vida -señala don Carlos -, es la única solución para la Agricultura Familiar”.
La cooperativa ha realizado proyectos con servicios públicos como INDAP, FIA, Corfo, el Consejo para la Producción Limpia, ProChile y Sence, que le han permitido contar con centros de acopio, mecanización agrícola, planta extractora de miel e invernaderos, además de exportar ciruelas deshidratadas al mercado europeo. Sobre los desafíos futuros, don Carlos afirma que “lo que todo agricultor quiere es llegar a buenos mercados y vender a un precio justo”.
“Hoy la esperanza está puesta en los jóvenes. Tenemos conciencia de que a otras cooperativas les cuesta avanzar, pero todo se puede hacer trabajando duro, con determinación y responsabilidad”, reflexiona este campesino de tomo y lomo, quien pensaba retirarse el año pasado, cuando Coopeumo cumplió 50 años: “Pero aquí me tiene, trabajando orgulloso”.