Bernarda Salazar, la lideresa de Bulnes que trabaja para apoyar a los apicultores afectados por los incendios

Autor: Constanza Martínez

Zona Sur Ñuble
Bernarda Salazar en trabajo colaborativo tras los incendios forestales

Los apicultores del sur del país se han visto afectados tanto por los incendios, como por el humo y el calor que ha impactado de diferentes formas en sus colmenas y finalmente, en su producción. Sin embargo, algunos de ellos, pese a todo, se organizan para ir en ayuda de sus pares que están en situación más complicada y en muchos casos lo perdieron todo.

Bernarda Salazar, es apicultora, presidenta del Comité Apícola Las Camelias y directora de la Red Apícola. Vive en el sector de La Esquina, comuna de Bulnes, región de Ñuble y cuenta que “de 24 se me quemaron 12 colmenas y a las otras les pasó el fuego por abajo”. Sumado a eso y pese a que estaba preparada para tener alimento para sus abejas durante el invierno, los incendios la obligaron a ocuparlo de manera temprana, dejándola en una situación compleja ante los meses venideros.

“Yo soy muy dedicada al tema de las abejas y guardo una cantidad de dinero para la alimentación, pero lo que teníamos proyectado, se lo vamos a tener que dar ahora, porque las colmenas están sin comida. Nosotros las empezábamos a alimentar en abril y estamos teniendo que alimentarlas ahora en febrero”, explica.

La apicultora cuenta que el apoyo de INDAP ha sido fundamental, desde sus inicios hasta estos momentos de catástrofe. De hecho, el haber contratado el seguro agropecuario, le permitirá alivianar el impacto sobre su emprendimiento y recuperar su patrimonio. Lamentablemente, el Ministerio de Agricultura en su último catastro, que incluye a más de 3.000 agricultores, de los que el 69% son usuarios de INDAP, contabiliza 19.559 colmenas afectadas, lo que representa un 90% del total, y sólo un 12% tenían seguro.  

A pesar de que ella también fue afectada, junto a las agrupaciones a las que pertenece se han organizado para ir en ayuda de quienes están peor. “Tenemos que trabajar unidos, yo soy una convencida de que la unión hace la fuerza. Ver al director de INDAP, al ministro de Agricultura, un domingo con nosotros en todas, es de sacarse el sombrero. Nos motiva a salir adelante. Vi hasta el Presidente Boric ahí y entonces pienso, por qué nosotros no. Tenemos que trabajar el doble”, dice convencida.

Tras la emergencia, la apicultora señala que necesitarán azúcar y vitaminas para poder alimentar a las abejas. Además, para apoyar a quienes perdieron todo “el Comité Apícola Las Camelias va a hacer la campaña del núcleo, para entregar (abejas) a los apicultores que se les quemó todo”.

En lo inmediato, invita a quienes quieran aportar con los apicultores del sur del país, a contactarla directamente, al teléfono +56 9 8353 8244 o informarse a través de la página de la Red Apícola.

DE LA CHACRA A LA APICULTURA

Transcurría el año 2013 y Bernarda Salazar se dedicaba a la agricultura a pequeña escala, pero la experiencia del apicultor Horacio López, la motivó para explorar el mundo de las abejas, en un inicio para consumo personal, y complementarlo con lo que venía haciendo. Se acercó a él para comprarle un cajón, pero a cambio, recibió mucho más que eso. 

“Él me dijo yo te vendo un cajón, pero primero tienes que ir a un curso de apicultura que está dictando Apiconce, yo te lo cancelo. Yo le dije perfecto”. Don Horacio le pagó el curso y ella corría con el gasto de los pasajes. Una vez finalizada la capacitación fue en busca de su cajón de abejas. 

“Don Horacio me dice, no muchacha, yo no te voy a vender un cajón de abejas, vamos a ir y comprar tres cajones de abejas. Y yo le dije que solo tenía dinero para un cajón. Me respondió que no importaba, él me prestó y luego, de a poco tenía que devolvérselo”. Fue así como pasó de tres cajones a nueve, de nueve a 25 y a la fecha, previo al incendio, manejaba 300. 

Pero Bernarda, fue más allá. Se aventuraba a los cerros en búsqueda de semillas de árboles y plantas nativas, con lo que logró armar un invernadero para producir diversas especies. Esta iniciativa le permitió hacer una importante donación para la recuperación de los ecosistemas dañados por el fuego. Peumos y quillayes podrán ser trasplantadas durante los meses de otoñe e invierno para aportar en la reforestación de las regiones de Ñuble y Biobío.