BÉLGICA NAVEA, APICULTORA: EJEMPLO DE PERSEVERANCIA Y DEDICACIÓN POR SU FAMILIA

La apicultora y agricultora usuaria de INDAP habla sobre el desafío de consolidar sus negocios y al mismo tiempo participar del crecimiento de sus hijos.

Autor: Indap

Coquimbo

Bélgica Navea es una reconocida emprendedora de la región de Coquimbo. Desde el 2010 se dedica a la apicultura orgánica y es una de las líderes del movimiento internacional Slow Food. Ha viajado a Brasil e Italia, para conocer nuevos emprendimientos y experiencias de producción limpia. Toda esta intensa labor la combina con su rol de esposa y madre de dos hijos, de 26 y 28 años.

Sobre el desafío de mezclar los roles de madre con el de emprendedora, sostiene que no ha estado exento de dificultades, ya que la apicultura orgánica demanda mucho tiempo y esfuerzo y justamente por ello reconoce que “es muy importante mantener los equilibrios entre la familia y los negocios, ya que los ingresos lógicamente son necesarios. En este camino un pilar fundamental ha sido mi esposo, quien ha estado conmigo durante todo este camino”.

“Soy madre, primero que nada, y emprendedora desde hace muy años. Partí emprendiendo de muy joven. Hace años atrás tenía minimarket, y mientras mis hijos crecieron posteriormente nos trasladamos al campo a trabajar la tierra. Ahí empezamos con el emprendimiento de apicultura, en el año 2010. Los emprendimientos yo misma los he elegido, y también son un tremendo aporte para el ingreso familiar, y a veces han sido el único”, sostiene, quien desarrolla sus producciones en el sector Quebrada Honda (ubicado en La Higuera), y participa en diversas ferias que se realizan en la región.

Bélgica además es usuaria de INDAP y hace dos años que junto a la apicultura se dedica a producir hortalizas orgánicas. Igualmente, durante el último tiempo, constantemente ha estado capacitándose y promoviendo la asociatividad, entre las que destaca el ser parte del movimiento internacional Slow Food, el cual  promueve una alimentación buena, limpia y justa. “Ser parte del Slow Food es muy importante, y queremos promover sus productos y destacar el trabajo que realizamos, por eso desarrollamos la Ecoferia que se efectúa en La Herradura cada primer sábado de mes; poco a poco se está consolidando con más participantes y más clientes. Eso nos tiene muy contentos”, manifiesta.

“Al trascurrir el tiempo los hijos crecen y cuando uno se sienta con ellos a conversar me dicen que agradecen todo el esfuerzo y empuje que le he puesto a mi emprendimiento. Además, me dicen que soy la persona que los inspira y los motiva a seguir adelante. Esas palabras son el pago por todos los vacíos que a veces uno siente por no haber estado en algunos momentos con ellos. Cuando los hijos te valoran como persona, con todo lo perseverante que uno ha sido, para mí eso es un gran pago”, señala sobre la satisfacción que le produce el reconocimiento de sus más cercanos.

“Por eso, motivo a las madres a que si en algún momento ocurre una desmotivación en su camino de emprendimiento, les digo que se relajen y luego vuelvan a retomar su emprendimiento porque con los años se logra apreciar lo valioso que es este desafío y los hijos siempre van a reconocer este trabajo, porque uno se desarrolla como persona, como madre y como mujer”, concluye la destaca emprendedora apícola.