Aprende lo que es el chupón y por qué lo están rescatando en la Región de La Araucanía

Autor: Indap

Nacional Araucanía

Quienes han crecido en la era de los envases plásticos de supermercado quizás no conozcan ni sepan de la pilwa, una bolsa de fibra vegetal que hoy podría calificarse como “reutilizable” y que hasta los años 70 era de uso frecuente en las ferias y mercados del sur del país para transportar las compras. Esta cestería, propia de los lafkenches de la zona costera de las regiones del Biobío y La Araucanía, se mantiene hasta nuestros días, pero cada vez es más escasa por la paulatina desaparición de su materia prima: el chupón.

El chupón o quiscal (Greigia sphacelata) es una planta endémica de las zonas templadas de Chile, de la familia de las bromeliáceas (como la piña), y crece entre las regiones del Maule y Los Lagos, al fondo de las quebradas y al pie de árboles nativos, en terrenos sombríos. Puede llegar a medir hasta 5 metros de altura y su fruto es una baya pequeña, alargada y refrescante que consumen sus recolectores, que llega a los mercados locales a comienzos de otoño y que también se usa en licores. Sus hojas alargadas son las que dan vida a las pilwas y otros artículos de artesanía.

Debido a la progresiva desaparición de la planta en La Araucanía, particularmente en Puerto Saavedra y la cuenca del Lago Budi, donde se encuentran los principales cultores de esta artesanía identitaria del pueblo mapuche, el Instituto Forestal (INFOR), con aportes de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y el apoyo del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), inició en diciembre de 2015 una investigación que se prolongará hasta fines de 2017, la que busca hacer un diagnóstico de las condiciones ambientales en que se encuentra la especie, para después restaurarla en las comunidades mediante técnicas de propagación, visibilizarla y rescatar su valor ancestral.

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La ingeniera forestal Juana Palma, investigadora de INFOR a cargo de esta iniciativa, comenta que el chupón es bastante abundante en los bosques costeros, excepto en la zona que se eligió para este estudio, donde habría comenzado a extinguirse a fines del siglo XIX producto de la tala de los bosques nativos, cuya madera salía vía Puerto Saavedra y en tren desde Carahue hacia el resto del país como material de construcción.

“En tiempos más actuales -agrega-, la planta se ha visto amenazada por una competencia en el uso del suelo. Hay terrenos donde está presente, pero la gente ha preferido rasarla para la siembra, sobre todo de papas. Además, existe una connotación negativa del chupón de parte de algunas familias locales, que dicen que ahí crecen nidos de ratones y culebras y no lo quieren tener cerca de sus hogares, razón por la cual lo eliminan para poner otros cultivos”.

Trabajo de investigación

Como hasta ahora el chupón no ha tenido un valor económico, existe desconocimiento científico sobre sus características y propiedades. “Esto pasa con todas las especies y esa es la razón de nuestro trabajo, que busca determinar el ciclo de esta planta, que es distinto a los árboles, arbustos, helechos y enredaderas que estamos habituados a ver. Es un tema nuevo para nosotros también y hoy lo hacemos por una demanda de la sociedad para potenciar los recursos de la región”, comenta la investigadora.

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El diagnóstico que realizará INFOR considera un análisis de los sucesos históricos que han ocurrido en la zona, ver cómo era el bosque antiguamente, identificar a los actores socioculturales del territorio y conocer en una etapa inicial la situación de los artesanos de las agrupaciones Newen Pu Domo y Kuzawfe Küwu (22 mujeres y cuatro hombres usuarios de INDAP): qué es lo que necesitan, cuál es la mejor calidad de las plantas para cestería y en qué situación está hoy su labor”, afirma Palma.

Lo paradójico -añade la ingeniera forestal- es que donde la materia prima está más escasa es donde existe un mayor desarrollo de la cestería con chupón. En otras zonas hay más plantas, pero los artesanos son más esporádicos: “Por eso es importante educar y visibilizar el valor patrimonial de la pilwa. Muchas de esas bolsas se quedan en los mercados locales y representan un ingreso importante para las familias locales. La gente que compra esta cestería no sabe lo que tiene en sus manos, de dónde proviene, quién la hizo. Falta información para agregarle valor y frente a esto vamos a realizar un trabajo de capacitación con Fundación Artesanías de Chile en pos de obtener precios más justos”.

En forma paralela a este trabajo, el Instituto de Innovación Agraria (INIA) está estudiando incorporar las semillas de chupón de la zona a su Red de Bancos de Germoplasma -donde se guardan los recursos genéticos vegetales de nuestro país- y existe un nuevo proyecto presentado a FIA para estudiar las propiedades nutracéuticas (nutritivas y farmacéuticas) del fruto, que junto a la pilwa figura en el Arca del Gusto, un catálogo agroalimentario elaborado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes para potenciar nuestro turismo patrimonial.