Alianza INDAP-Prodemu conectará emprendimientos de mujeres con mercados sustentables

Autor: Indap

Araucanía

Crear nuevos emprendimientos y fortalecer el liderazgo femenino y su capacidad de organización, además de promover la asociatividad y generar mercados sustentables para la comercialización, forman parte de los ejes programáticos que tendrá la alianza de trabajo entre INDAP y Prodemu para este año a través del Programa Mujeres Rurales.

Así lo informó el director nacional de INDAP, Carlos Recondo, durante el encuentro que reúne en Temuco a más de un centenar de profesionales y técnicos de todo el país que participan en este programa. “En el Chile rural que tenemos que desarrollar, las mujeres van a seguir teniendo un rol fundamental. Por ello, vamos a potenciar los emprendimientos de las mujeres y conectarlas con mercados sustentables, para que se incorporen al desarrollo social y productivo del mundo rural“.

Recondo anunció que potenciarán iniciativas de turismo rural debido a que “más del 60% de estos emprendimientos a nivel país son liderados por mujeres, rubro que se ha transformado en una oportunidad para generar ingresos para muchas familias rurales”.

La alianza INDAP-Prodemu, que ya tiene 26 años de trabajo, busca consolidar la asociatividad económica y la inserción de las mujeres rurales con más y mejores herramientas en la producción agrícola. En La Araucanía son cerca de 700 mujeres las que participan en el programa, recibiendo apoyo en capacitación y en inversiones para el desarrollo de iniciativas productivas.

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La directora nacional de Prodemu, Paola Diez, señaló que “esta es la región que presenta más pobreza y desempleo, por ello vamos a enfocar este programa en el emprendimiento, para que las mujeres rurales logren mejorar su calidad de vida y un mejor bienestar para sus familias“.

En La Araucanía, las mujeres rurales apoyadas por la alianza desarrollan experiencias productivas en los rubros de agroelaborados, horticultura y floricultura, desarrollo de artesanía textil, cultivo de plantas medicinales, producción apícola e iniciativas de turismo rural, entre otras.

Estas experiencias demuestran que la incorporación de las mujeres al desarrollo productivo adquiere relevancia en términos de su contribución al incremento del capital humano y social, donde la familia rural en su conjunto se transforma en el eje impulsor del fortalecimiento de las economías locales.