Agricultora María Candelaria Alvarado es la guardiana de cerezas y otros frutos en la provincia Antártica

Autor: Cristián Morales

Zona Austral Sustentabilidad y adaptación al cambio climatico Magallanes
María Candelaria Alvarado - guardiana frutos Cabo de Hornos

En el interior de uno de sus invernaderos hay un verdadero bosque en el que crecen cerezas corazón de paloma, maqui, manzanas y otros frutos que normalmente se encuentran en las zonas centro y sur del país. “Todo lo que siembro se da bien aquí”, dice la agricultora.

En su hogar, donde las tradiciones australes y la tenacidad se abrazan, María Candelaria Alvarado Vidal vive cada día con energía y pasión por la agricultura. A punto de cumplir 85 años el próximo 18 de diciembre, sigue desafiando el tiempo y las inclemencias del clima austral. La soledad no le es ajena, pero tampoco le pesa: en cada rincón de su terreno se siente la presencia de décadas de esfuerzo. Las paredes de su casa guardan historias que ella ha tejido con paciencia, en compañía de sus gatos que, como ella, se han vuelto expertos en sobrevivir a los inviernos extremos.

Aun cuando sus días podrían ser más tranquilos, María se dedica con determinación a mejorar sus invernaderos con el apoyo de la Municipalidad de Cabo de Hornos y del Programa de Desarrollo Local (Prodesal): renovar el nylon, reforzar las estructuras de madera y preparar el terreno para resistir los implacables vientos y las nevadas. Su soledad es su fuerza, pero también la oportunidad de dialogar con la naturaleza, que es testigo y cómplice de sus logros.

Hace más de 40 años que esta agricultora llegó desde Chiloé para asentarse en el sector de Lum, a 38 kilómetros de Puerto Williams, en la ruta hacia Puerto Navarino. "Aquí pasa todo el mundo", dice con una sonrisa amplia, y sus visitantes, por más ocasionales que sean, siempre encuentran una anfitriona cálida, alguien que ha aprendido a abrir las puertas de la hospitalidad.

María recorre con un bastón las pendientes de su campo, donde mantiene viva la esencia del trabajo campesino. Cada día, avanza con pasos firmes, cuidando las plantas que crecen gracias al agua pura de un arroyo que atraviesa su predio y desemboca en el canal Beagle. En este confín del mundo, desafía lo improbable: ha hecho florecer un oasis donde las cerezas corazón de paloma, el maqui, las manzanas y otros frutos poco comunes prosperan como testimonio de su perseverancia. "Todo lo que siembro se da bien", comenta con orgullo, atribuyendo el éxito a la riqueza del agua local, un recurso que ha aprendido a valorar y proteger.

El reconocimiento a su esfuerzo es amplio. Hace dos años, INDAP la nombró campesina destacada, y recientemente la seremi de Agricultura, Irene Ramírez, y el director de INDAP, Gabriel Zegers, junto a otras autoridades y funcionarios del agro, la visitaron para conocer de primera mano el impacto de su trabajo.

Ramírez destacó el avance en la producción y la ampliación de las tierras cultivables, subrayando los logros en el cultivo de cerezas. Por su parte, Zegers aplaudió la resiliencia de María, admirando su capacidad para transformar desafíos en oportunidades.

El alcalde de Cabo de Hornos, Patricio Fernández, enfatizó la importancia de su labor. "El turismo crece de manera sostenida y hay una gran demanda de verduras frescas. El trabajo de María es fundamental para seguir fortaleciendo nuestra comunidad", afirmó.