AGRICULTORA DE CATAPILCO PRODUCE MÁS DE 25 SABORES DE MERMELADAS CASERAS

Con Apoyo de INDAP ahora cuenta hasta con una sala de procesos, donde elabora sus exquisitos productos que van desde la mermelada de arándano hasta la de cebolla

Autor: Indap

Valparaíso

“Sabores de Catapilco” es el nombre del emprendimiento de la agricultora Sonia Muñoz, que desde hace 20 años vive en el sector de Catapilco, comuna de Zapallar. Oriunda de Talca esta emprendedora reconoce que el gusto por la elaboración de las mermeladas le viene de su madre que cada verano, como tradición, hacia mermeladas con la fruta de la temporada.

Hace poco más de dos años que Sonia es parte del Programa de Desarrollo Local, Prodesal de INDAP de esa comuna, lo que le permitió dar sus primeros pasos como productora de mermeladas con un curso de capacitación con el que pudo perfeccionar su oficio y posteriormente participar de una feria costumbrista local.

“En septiembre de 2011 me invitaron a participar de esa feria. Estaba muy nerviosa, porque yo siempre hice mermeladas solamente para mi casa y amigos. El Prodesal me apoyó y creyó en mí. Ese año me presenté con 150 frascos de mermeladas que alcance a hacer”.

Su constancia y esfuerzo también la motivaron a ser parte de proyectos con los que ha podido profesionalizar este emprendimiento. Como por ejemplo, a través de la compra de ollas, que se materializó a través del Fondo de Apoyo Inicial, FAI, o las asesorías técnicas para el cuidado de árboles frutales y el año 2012 con un proyecto de inversiones que le permitió construir el alcantarillado completo del lugar.

 

SALA DE PRODUCCIÓN

Pero lo que por ahora tiene más contenta y emocionada a esta habitante de Catapilco, es la reciente construcción de una sala de elaboración de alimentos (según lo que exige el reglamento sanitario) con su respectivo equipamiento, como mesones de acero inoxidable y lavafondos. El proyecto tuvo un costo de casi tres millones de pesos y se concretó a través de un Programa Especial  de Inversiones para Rubros Emergentes (REM).

“Esta sala es incluso más grade que mi casa. Es una estructura de 6 metros de largo por 4 de ancho para mí sola. Es un espacio pensado en mí y que pretendo usar mucho. Tiene las zonas necesarias para cocinar y una bodega a la que yo le di doble uso para tenerla como sala de venta de mis productos”, cuenta orgullosa.

Uno de los atractivos de la producción de esta agricultora, es la gran cantidad de sabores con los que trabaja. Dice que los más raros son los que más le gustan a la gente, como por ejemplo la de cebolla, pimiento, ají, nopal, aloe vera, mora, arándano, sandía y melón. “Tengo de todo un poco, más de 25 sabores distintos, algunos de mi predio, como la manzana, uva, durazno y limón y otros que compro a otros usuarios del Prodesal”.

 

Para el director regional (s) de INDAP, Gerardo Verdugo, “la importancia de este proyecto es que permite generar las bases para que ella pueda producir un producto de buena calidad y que cumpla con todas las normas de salud y de buenas prácticas de manufactura para poder vender. Entonces hacemos inversiones que cumplan con estas normas para que los productos sean comerciales y se pueda abrir un mercado importante. Por eso que hacer estas inversiones repercute en la calidad de vida de estos usuarios y les abre una opción que antes no tenían”.