Agricultor Manuel Líbano lleva más de 40 años produciendo frutas en plena zona residencial de La Serena
Autor: Indap Coquimbo
Norte Chico Mercado Programas Eje Riego CoquimboUn letrero que muestra la adjudicación de un proyecto financiado por INDAP da la bienvenida al predio del agricultor de 74 años de edad Manuel Líbano. En pleno sector residencial de La Serena, región de Coquimbo, nadie sospecharía que un angosto pasaje lleva a su terreno de media hectárea donde produce frambuesa, chirimoya, limón, mandarina, palta y alcayota.
“Tiene sus cosas buenas y cosas malas”, dice Líbano respecto a lo que significa estar en un sector habitacional y que en las cercanías haya un tráfico incesante de vehículos. Lo positivo es que vende sus producciones a un minimarket del sector El Milagro de la comuna y tiene todo más a mano. Lo negativo es que debe lidiar con la intranquilidad. “Ahora tenemos mucho cuidado, sobre todo por la noche”, dice, y detalla que son innumerables las veces en que ha sufrido robos: “Es una lástima que vengan los amigos de lo ajeno. El año pasado nos sacaron casi la mitad de las chirimoyas; fueron selectivos, solamente se llevaron las que estaban grandes”.
Su vida ha girado en torno a trabajar la tierra. Sequías grandes —como la actual—, heladas y años de bonanza han marcado su rumbo: “Comencé en 1957, junto a mi papá. Después me fui a terminar los estudios a Santiago y el año 82, con la crisis económica, volví”. Desde ese entonces que sigue firme y de lleno en la agricultura.
Puntualiza que el terreno familiar antiguamente era cercano a las 20 hectáreas, pero que antes de que su padre falleciera lo subdividió entre sus hijos. Manuel se quedó con 1,5 hectáreas y el año 98 vendió una hectárea.
Junto a su hijo Patricio son las únicas personas que aún se dedican al rubro agrícola en el sector. Ambos son los encargados de sembrar y cosechar.
“No cambiaría lo que hago”
Es un grato día de junio, el sol brilla. De jockey, lentes, con un tono de voz pausado y una sonrisa a flor de piel, Líbano se para frente a sus plantaciones de mandarinas con algo de cuidado a causa de sus problemas a la cadera y la espalda. Ahí surge una conversación con su hijo en la que reflexionan sobre lo que representa para ellos la agricultura y permanecer en ella.
- Manuel: Es bonito y satisfactorio lo que he hecho durante todo este tiempo.
- Patricio: Los micro, pequeños y medianos agricultores somos los que aportamos a la alimentación de la ciudadanía con productos de calidad. Lo que producimos se queda acá en Chile. Mucha gente no ve el sacrificio que hay detrás.
- Manuel: Sí, eso es. No es fácil lo que hacemos, los campesinos tenemos que estar trabajando con lluvia o sin lluvia, con sol o sin sol, para llevar el alimento a los hogares. Pero a pesar de todo eso no cambiaría lo que hago.
Revestimiento y riego tecnificado
Ante la escasez hídrica que vive la región de Coquimbo, evitar la pérdida de agua se hace cada vez más imperioso. En tal sentido, en 2022 Líbano fue beneficiado por el Programa de Riego y Drenaje Intrapredial (PRI) de INDAP con el mejoramiento y revestimiento con geomembrana de su estanque de regulación corta. Con ello, logra almacenar en su totalidad el agua correspondiente a su turno en el canal Bellavista. El servicio del agro lo apoyó con casi $11 millones.
“Antes el agua se infiltraba, pero ahora no se pierde nada y tenemos las reservas y la tranquilidad que ante cualquier eventualidad tendremos agua”, enfatiza su hijo Patricio. Sumado a ello, este 2023 INDAP le está financiando una inversión superior a los $8 millones correspondiente a riego tecnificado (también mediante el PRI).
“Ha sido excelente, un aporte importante, y hemos estado haciendo cambios completos. Nuestro compromiso es no fallarle a INDAP”, dice el productor, mientras su hijo cuenta que, “por ejemplo, lo que hicimos en el estanque es para que a mi papá el día de mañana le sea más fácil el riego. Incluso ahora podremos poner abono a través del sistema de riego por goteo; antes lo hacíamos de forma manual”.
En relación a lo que significa para INDAP apoyar a usuarios como Manuel Líbano, la directora regional (S) de la institución, Tonya Romero, afirma que “su caso refleja que la agricultura, más allá de lo productivo, es también sinónimo de tradición y arraigo al territorio. Vemos que don Manuel sigue firme con sus producciones y le heredó este compromiso a su hijo, aportando a la seguridad y soberanía alimentaria y nutricional del país. Nos llena de orgullo su trabajo y dedicación. Es muy significativo saber que el mejoramiento y revestimiento de su estanque y la tecnificación del riego han sido bien utilizados y son un aporte para sus labores diarias”.
El seremi de Agricultura, Christian Álvarez, afirma que desde el gobierno del Presidente Boric “nos centramos en los derechos de las personas que viven y trabajan en los territorios rurales. Además, promovemos su resguardo cultural e identitario. En tal sentido, la historia y trabajo de don Manuel Líbano es un ejemplo de eso y lo destacamos por su esfuerzo y porque gracias a personas como él a los hogares del país llegan alimentos de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena sanos y de calidad. Esperamos seguir apoyándolo, para así contribuir a que potencie aún más sus unidades productivas”.