Tunas surgen como gran alternativa frutícola ante el déficit hídrico en la Región de Coquimbo
Autor: Indap
Coquimbo
Especies suculentas como tunas y aloe vera son cada vez más apetecidas por los consumidores, y una de sus ventajas es que necesitan poco suministro de agua para crecer y desarrollarse. Si bien es común verlas en la Región de Coquimbo, estas cactáceas se explotan con un manejo agronómico básico, lo que limita su potencial productivo y de calidad comercial para los pequeños y medianos agricultores de la zona.
En el seminario “Especies frutales y tecnologías alternativas para el desarrollo de una fruticultura sustentable en Coquimbo” se presentó el proyecto “Utilización de especies vegetales suculentas con potencial agroproductivo como alternativa de diversificación sustentable en zonas áridas”, de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) en conjunto con el Centro de Estudios de Zonas Áridas de la Universidad de Chile (CEZA).
El objetivo de este proyecto es desarrollar y transferir tecnología a los agricultores de la región, que permitan potenciar el cultivo de especies suculentas, las cuales pueden ser una alternativa para una diversificación sustentable de la fruticultura para el caso de la tuna y de la agricultura por el aloe vera.
El proyecto se establece en un contexto de cambio climático en que se pronostica el aumento de la temperatura en 2°C en todo el territorio chileno, intensificando los eventos climáticos extremos tales como sequías y lluvias extemporáneas. En la zona norte, y específicamente en Coquimbo, eso se traduce en una condición estructural de déficit hídrico que para la agricultura significa un impacto directo sobre la disponibilidad de agua y la fisiología de las plantas, entre otros aspectos, afectando el manejo y rendimientos productivos, calidad de los productos y sustentabilidad de los sistemas agrarios, agroalimentarios y forestales.
“La innovación juega un papel importante en el nuevo escenario de cambio climático, para generar mecanismos capaces de gestionar de forma eficiente los recursos hídricos y manejo productivo bajo nuevos sistemas o tecnologías”, sostuvo la representante regional de FIA, Francisca Martínez. En esa línea, señaló que la Fundación ve también una oportunidad para el sector, en la medida en que proyectos innovadores apuesten al desarrollo, mejora o adaptación de nuevos sistemas o tecnología de manejo productivo, enfocado a una agricultura sustentable.
Este escenario toma más relevancia si se considera que el 40% de los alimentos que se producen en el mundo se cultiva en sistemas de riego, y entre el agro y sector forestal suman el 80% de la huella hídrica de Chile.
“Presentamos resultados preliminares de una temporada de ensayos en huertos de tunas con manejo agronómico para aumentar la rentabilidad del cultivo. Es una especie que presenta una baja rentabilidad en el país asociada a bajos rendimientos, siendo que es una especie con alto potencial, dadas las alternativas de mercado, adaptándose a condiciones áridas y semiáridas”, agregó la coordinadora principal del proyecto e investigadora de la Universidad de Chile, Loreto Prat.
En el seminario se mostraron datos de mercado y experiencias exitosas con el cultivo. “Lo importantes es que los pequeños y medianos agricultores vean que es una alternativa factible y rentable de desarrollar en la región, con bajo consumo de agua”, dijo David Arancibia, investigador del CEZA y a cargo de organizar el seminario. Agregó que “son pocos los agricultores que han experimentado con tunas, porque son inversiones agrícolas muy recientes, por lo que aquí sin duda está nuestro componente de innovación”.
Los ensayos se están realizando en esta primera temporada entre febrero a mayo, y se han hecho manejos agronómicos tales como raleo y poda, por lo que continúan en la etap de validación de datos. “Hay manejos que se pueden replicar en huertos particulares y que no involucran un alto riesgo y que pueden significar beneficios económicos importantes”, explicó.
Luego de esta primera temporada, se seguirán analizando datos hasta la segunda que corresponde al mes de agosto y septiembre, época que es más interesante para la tuna debido al alto precio que alcanzan sus frutos en el mercado.