Ramón Guala, el hombre que se enamoró de Puerto Natales y ayudó a proyectar su agricultura
Autor: Indap
Magallanes
Había maquinaria agrícola del mejor nivel, sembraban papas, lechugas, cilantro y frutillas y cada cierto tiempo hacían experimentos desafiando la imaginación. Así cosecharon choclos y otras producciones imposibles de imaginar en la fría y extensa pampa de Tierra del Fuego. En total no eran más de 40 jóvenes que también aprendían del manejo avícola y ganadero.
En 1976, la Escuela Agrícola Las Mercedes cerró. Estuvo ubicada a poco más de 12 kilómetros de Porvenir, capital de Tierra del Fuego, y fue un centro de preparación teórico y práctico para jóvenes, un internado por el que pasaron varias generaciones que aprendieron a producir alimentos en condiciones extremas. Hoy los recuerdos se resisten al olvido y muchos como Ramón Guala Oyarzo (65) la evocan como si se tratara de un tesoro que “debería recuperarse” para la región.
“Ahí terminé cuarto medio, en 1974. Empezábamos a las 6 de la mañana. Primero recorríamos las siembras, luego íbamos a misa, y esperábamos ansiosos el momento de la hostia. Yo imaginaba que era un pan con mermelada, porque recién a las 9 de la mañana tomábamos desayuno”, cuenta Guala a sus ex colegas de INDAP, en una despedida que le organizaron tras 40 años de servicio.
Queda en silencio. Piensa y sus palabras vuelven del pasado con más pasión: “La escuela fue una tremenda experiencia y un gran aprendizaje para todos quienes pasamos por ahí. Teoría y práctica iban de la mano. Era una oportunidad para que los jóvenes se vincularan con la tierra. Hoy falta un lugar de esas características, que inspire a las nuevas generaciones y las haga enamorarse del trabajo en el campo”, medita.
Ramón Guala llegó en 1982 a trabajar a la agencia de área Puerto Natales de INDAP. A los pocos minutos quedó encandilado con el canal Señoret, la majestuosidad del cerro Dorotea y la galería de fiordos y glaciares que sostienen la pequeña localidad turística.
“La primera vez que postulé a INDAP no me resultó. El que estaba de director me preguntó: ‘¿Cuál es el efecto del arado subsolador’. Ese implemento acá no se usa, le respondí. Y me dijo: pero, usted, tiene que saberlo. Volví a insistir en 1982 e ingresé después de la respectiva prueba”, cuenta.
Guala participó en la construcción de los primeros invernaderos en el sector Huertos Familiares de Puerto Natales y ha visto cómo crece y mejora la agricultura. “Desde entonces todo ha cambiado mucho. Hoy hay una agricultura profesional que recoge la experiencia del pasado y recibe un fuerte apoyo económico y de capacitación de parte de INDAP. Nosotros partimos generando acuerdos con la FAO para que nos apoyaran con infraestructura. Golpeamos muchas puertas y así salieron los primeros invernaderos, lo que me llena de satisfacción”, precisa.
- ¿Qué importancia le da a la agricultura de la zona?
- Lo importante es seguir luchando por la Agricultura Familiar Campesina, porque se lo merece. No hay que olvidarse que sostiene al país. Los grandes productores lo que hacen es vender todo para afuera y si no existiera la pequeña agricultura no tendríamos qué comer. En la zona hay cinco años buenos y cinco años malos, por eso hay que seguir luchando, pese a todos los inconvenientes. Así que paciencia con Magallanes… Somos pocos, pero buenos.
A diario Guala recorre los sectores de Dorotea, Huertos Familiares e Isabel Riquelme, y ahora que jubiló dice que lo seguirá haciendo, porque hay un fuerte vínculo con la zona. “Nací en Punta Arenas, viví en Porvenir y me enamoré de Puerto Natales apenas llegué, el 2 de febrero de 1982. No me fui más. Acá me casé, tuve a mi hijo y un nieto. Si me preguntan hoy de dónde soy, digo sin pensarlo: ¡Yo soy natalino!”.