Emprendedor de turismo rural de Petorca enfrenta crisis con delivery de empanadas caseras
Autor: Indap
Valparaíso
El turismo rural es uno de los tantos rubros que ha sufrido los coletazos del coronavirus. Sin visitantes que recorran los territorios para disfrutar de sus paisajes, historia y comidas típicas, los emprendedores han tenido que reinventarse rápidamente y buscar alternativas para levantar sus negocios.
Uno de ellos es el local gastronómico Turismo Rural La Nina, de César Arancibia y su madre Cristina Delgado, ubicado en la localidad de Pedegua, comuna de Petorca, donde la especialidad son las empanadas y los platos tradicionales de la cocina chilena como pastel de choclo, mote con huesillo y otras preparaciones.
La caída en los ingresos obligó a Arancibia, usuario del Programa de Turismo Rural de INDAP, a buscar alternativas de venta y hace un par de semanas decidió comenzar el reparto a domicilio (delivery) de sus reconocidas empanadas, las que está entregando en toda la provincia de Petorca e incluso algunas comunas de Santiago, previa coordinación vía Whatsapp: +56 9 9959 3235; Instagram: @turismo_rural_lanina; Facebook: César Arancibia Delgado; y en Google Maps: Empanadas de la Nina.
“El servicio de delivery fue una manera de generar ventas para no quedarnos atrás. Entregamos a toda la provincia y también en Santiago, hasta donde viajo para abastecerme de insumos y también aprovecho de hacer reparto, tomando todas las medidas sanitarias que corresponden”, comenta el emprendedor.
Receta de familia
Arancibia no puede esconder su orgullo al recibir los positivos comentarios y la cariñosa crítica de sus clientes, y tiene la convicción de que la fama de sus empanadas responde a una receta de su abuela, que fue pasando de generación en generación y que como familia han sabido mantener: “La masa tiene un secreto, al igual que el pino, que es lo que las hace tan especiales y exquisitas”, cuenta.
Además de la clásica empanada de pino ($1.400), también ofrece las de mechada queso ($1.900), camarón queso ($2.500) y calabrese ($2.500), esta última con queso de cabra, tomate y albahaca. Próximamente espera tener nuevas variedades, como una vegetariana que incorporará quinoa y amaranto que producen otros usuarios de INDAP de la provincia.
El emprendedor lleva seis años dedicado en cuerpo y alma a este proyecto, con el que ha postulado a diversos fondos gubernamentales que le han permitido crecer y mejorar la infraestructura de su espacio gastronómico, el que forma parte de la Ruta de Turismo Rural “Donde el Diablo Perdió el Poncho”, que integran una decena de negocios del sector.
Mejoramiento de local
“Luego del estallido social, y con apoyo de Sercotec, me adjudiqué fondos del Programa Emprende y Reactívate, de apoyo a la pequeña empresa, con lo que estoy mejorando la implementación del local. Por otro lado, INDAP nos está apoyando con un proyecto de riego para mejorar el pozo y tener riego tecnificado, entre otras cosas, para aprovechar la poca agua que hay en la zona”, detalla Arancibia.
Dice que apenas pase el período crítico de la pandemia, espera seguir con su proyecto de turismo rural, que a futuro contempla, entre otras cosas, una mini granja de animales (que ya está en etapa avanzada). “Otra apuesta es contar con alojamientos turísticos donde el visitante pueda disfrutar de la gastronomía, la historia y la cultura del campo. También tengo en mente poner tinajas de agua caliente. Petorca tiene un potencial enorme”, comenta.
El apoyo de INDAP
“Debido a la pandemia, algunos de nuestros usuarios han cambiado la forma de comercializar sus productos. Muchos están haciendo repartos a domicilio, tomando todos los resguardos que exige el Ministerio de Salud. Por otra parte, INDAP está apoyándolos a través de distintas medidas que se han adoptado para enfrentar la crisis sanitaria y también con un Mercado Campesino Online, para que lleguen con sus productos a los consumidores”, dijo el director regional de la institución, Fernando Torregrosa.