De Ñuble al mundo: el viaje asociativo de castañas y vino moscatel para llegar a las mesas extranjeras

Autor: Claudia Worner

Zona Sur Asociatividad Mercado Ñuble
Exportaciones Ñuble - Marrón Andino

Después de un trabajo de aprendizaje, logística e inversiones para lograr la mejor calidad posible, las castañas cosechadas en los huertos de Marrón Andino lograron llegar a Italia, toda una hazaña para este grupo de agricultores de la comuna de El Carmen, región de Ñuble, que hace más de 5 años se comprometieron con la meta de exportar sus castañas de variedad marrón, lo que requería no sólo ganas, sino una serie de pasos e inversiones para lograrlo, un esfuerzo que individualmente era casi imposible, pero que emprendieron como empresa asociativa campesina.

El valor industrial de la variedad marrón, junto a la merma de la producción europea en los últimos años, generó un aumento sostenido de la demanda. Esta es la ventaja comparativa que aprovecharon los 11 socios de Marrón Andino, que tienen huertos de castaños de las variedades marrón y sativa en tierras carmelinas.

“Marrón Andino surge de la asociatividad, porque solos no íbamos a ser capaces de exportar”, dijo Álex Rivas, presidente de la empresa. “Yo tenía experiencia de asociatividad, así que sé lo importante que es para la agricultura familiar juntarse y aunar fuerzas, aumentar los volúmenes; sin asociación no se podría exportar. Es difícil que cada uno por su cuenta lo logre, pero asociados cada uno aporta algo, todos somos importantes en mayor o menor grado”.

Aunque la castaña se considera un fruto seco tiene un alto contenido de agua que la obliga a entrar a una cadena de frío para ser competitiva en el exterior. Frente a este necesidad, INDAP apoyó a los productores con un proyecto del Programa de Desarrollo de Inversiones (PDI) Asociativo para la instalación de una bodega, la compra de un conteiner refrigerado y un generador, línea de calibrado y calibrador, con lo que mejoraron las condiciones de poscosecha y comercialización de sus castañas.

Posteriormente, la empresa ingresó al Programa de Asociatividad Económica (PAE) de INDAP y recibió el apoyo de un gestor comercial, instrumentos que la potenciaron para llegar a los mercados objetivos. Eso, sumado a un crédito asociativo para capital de trabajo, permitió la exportación a Italia. Ahora, Marrón Andino proyecta aumentar sus activos fijos para ampliar la línea de producción y así dar respuesta a una demanda creciente que valoró la calidad de las castañas carmelinas.

Vinos ancestrales de Guarilihue

En el caso de la Cooperativa Moscin, el viaje para llegar a mercados nórdicos también ha sido arduo. Formada por 9 pequeños agricultores de Guarilihue usuarios de INDAP, Moscin partió como sociedad anónima, pero con el apoyo del Programa de Asociatividad Económica (PAE) de INDAP realizó la planificación estratégica para definir su modelo de negocios, con una línea que potenció el negocio de la empresa, la compra y venta de uva certificada bajo Comercio Justo para crecer y tener liquidez y una segunda línea de negocio orientada a la producción de vino bajo su propia etiqueta orientado a la exportación, también con certificación Comercio Justo y Fair for Life.

Esta última línea logró una primera licitación de vino Moscatel de Alejandría al monopolio de Suecia, con 4 mil litros embotellados. “Exportar era algo muy grande para nosotros, pero hoy día ya tenemos un primer pie en esto. La calidad está, el moscatel de Alejandría es un producto muy bueno y yo sé que al mercado sueco le va a gustar”, comentó Justo Neira, presidente de Moscin, cuando se realizó la primera exportación. Y tuvo razón, porque este año compradores de Suecia visitaron Moscin para conocer la calidad de los vinos Moscatel, Cinsault y País embotellados por la cooperativa.

Para alcanzar este logro, la cooperativa recibió el apoyo de INDAP con créditos para capital de trabajo e inversión, además de asesorías PAE y Gestor Comercial, que le han permitido renovar y mantener su certificación, participar de misiones comerciales, mejorar la gestión comercial y administrativa, así como la asesoría enológica.

“Estamos apoyando el cooperativismo como un motor de impulso para la Agricultura Familiar Campesina, robusteciendo nuestros instrumentos para fomentar el trabajo asociativo y desarrollando nuevos programas como el Gestor Cooperativo, porque creemos que mejorando sus habilidades organizacionales y comerciales les facilitamos el acceso a mercados nacionales e internacionales y se robustece el capital social”, destacó la directora de INDAP Ñuble, Fernanda Azócar.

Una asociatividad creciente

El ejemplo de logros asociativos de Moscin y Marrón Andino es seguido con interés por otros grupos. Bernarda Salazar, presidenta del Comité Apícola Las Camelias, grupo preasociativo apoyado por INDAP, destacó su interés por acreditarse como cooperativa, “con el objetivo final de exportar e importar más baratos los insumos que necesitamos”, dijo.

“La experiencia de Moscin y de Marrón Andino nos motivan a seguir trabajando para eso. Es un desafío que tenemos, porque como pequeños productores individuales es difícil lograrlo; asociados tenemos volumen, podemos obtener mejores precios y llegar a los mercados”, destacó, agregando que como comité mucho del trabajo lo hacen asociativamente, “porque la asociatividad nos puede llevar más lejos, la unión hace la fuerza”.

Para Angela Baeza, dirigenta del sector Batuco de Ránquil, asociarse es difícil pero trae ventajas: “Podemos lograr mayor cantidad de proyectos al asociarnos. Cuesta bastante, pero hay que tener la convicción y la fuerza para poder sacar adelante nuestros proyectos”.