JUANA MARIBUR Y CLORINDO RODRÍGUEZ RECIBEN SELLO DE EXCELENCIA A LA ARTESANÍA 2015

Usuarios de INDAP de Cañete y Chimbarongo fueron distinguidos por sus obras de cestería en ñocha y mimbre, junto a otros cuatro artesanos, en una ceremonia realizada en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) de Santiago.

Autor: Indap

Nacional

Con la alegría y el orgullo reflejados en sus rostros, los usuarios de INDAP Juana del Carmen Maribur Polma, de Cañete, y Clorindo Segundo Rodríguez Torres, de Chimbarongo, recibieron, junto a otros cuatro artesanos nacionales, el Sello de Excelencia a la Artesanía 2015. La distinción les fue entregada por el ministro de Cultura, Ernesto Ottone, en una ceremonia realizada en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).

El sello es un reconocimiento otorgado desde 2008 por el Comité Nacional de Artesanía, integrado por el Área de Artesanía del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y el Programa de Artesanía de la Pontificia Universidad Católica de Chile (delegados nacionales del World Craft Council, WCC), con el patrocinio de la Oficina Unesco de Santiago.

El objetivo de este programa es relevar la calidad de la artesanía chilena según parámetros de excelencia, autenticidad, innovación, sustentabilidad (respeto por el medio ambiente) y potencial de comercialización, y en esta octava versión fueron distinguidas por el jurado seis piezas -de un total de 120 postulaciones de las 15 regiones del país-, cada una de las cuales obtuvo un certificado de promoción oficial que avala su calidad.

El director nacional de INDAP, Octavio Sotomayor, compartió con los usuarios de la institución distinguidos en la ceremonia -quienes ahora serán postulados al Reconocimiento de Excelencia del WCC para Artesanías del Cono Sur 2016, con el patrocinio de la Unesco- y valoró su aporte al patrimonio cultural del país.

LOS "ELEGIDOS"

Juana Maribur, de Cañete, quien recibió el Sello de Excelencia por la pieza Nial Arre Cofque, una panera “para tener el pan caliente”, confeccionada con fibra de ñocha (fibra vegetal endémica que crece en el bosque nativo de la Cordillera de la Costa de la Región del Biobío) y lana tejida a telar, dijo sentirse muy emocionada por el reconocimiento de su trabajo. “El año antepasado acompañé a una sobrina que obtuvo el Sello, porque no se atrevió a venir sola, y ahora me tocó a mí”, dijo.

La artesana, que viajó toda la noche en bus desde el sector Huentelolén para estar presente en el acto, contó que comenzó a tejer la fibra nativa cuando tenía sólo 9 años, siguiendo los pasos de su madre y de su hermana mayor, y que sus primeros trabajos fueron paneras redondas y canastas. Luego dejó esta labor por algún tiempo, debido a la escasez de materia prima y los bajos precios que le pagaban por su trabajo, pero la retomó cuando Forestal Mininco le construyó un sombreadero en su terreno “para tener la ñocha en nuestra propia casa”.

El otro “elegido” de INDAP fue Clorindo Rodríguez, de Chimbarongo, con Cestería en Mimbre Fino, un producto desarrollado con fibra de alta calidad y que mezcla las técnicas artesanales con el imaginario moderno, a través de la colaboración de la diseñadora industrial Paulina Orellana.

Don Cloro llegó acompañado por el alcalde de su ciudad, Cosme Mellado, y por su vecino y amigo Miguel Ortega, campeón mundial de la categoría Muebles en el reciente Torneo Internacional de Mimbre y Tejeduría Nowy Tomysl, realizado en agosto pasado en Polonia, con participación de 39 países. El “hombre del Sello” también estuvo presente en esa cita y contó que donde quiera que va siempre se siente un embajador de la artesanía de Chimbarongo.

Nacido en la localidad de Convento Viejo, Rodríguez lleva más de 40 años tejiendo la fibra que ha hecho conocido al pueblo de la Región de O’Higgins. Comenzó a los 12 años haciendo recipientes para poner las latas de café y luego siguió con los tradicionales “chalecos de mimbre” para los chuicos de las viñas que existen en la zona. Desde siempre ha sido muy exigente y abierto de mente, lo que lo ha llevado a realizar un trabajo cada vez de mejor calidad e innovador, como en este caso donde trabajó con una joven diseñadora.

Los demás galardonados con el Sello de Excelencia a la Artesanía 2015 fueron:

Soledad Christie Browne, de San Pedro de Atacama, con Vasijas Trompo, piezas de cerámica hechas a mano con técnicas de pellizcado y lulo, bruñidas con piedra de río y con quema en horno con guano, inspiradas en antiguos recipientes cotidianos y ceremoniales de la región.

Mireya Bustos Aguirre, de Doñihue, con Estola Religiosa, una pieza realizada en telar que se aleja de los tradicionales chamantos y mantas de la zona y que propone una representación propia del mundo religioso.

Néstor Miranda Peña, de Villarrica, con Frutos del Bosque, un set de tres piezas talladas en madera muerta en forma natural, de raulí, radal y avellano, con un diseño y detalles creados junto a su hija Patricia que imitan la forma de los frutos del bosque nativo de esa zona de La Araucanía.

Marcela Alcaíno Mancilla, de Punta Arenas, con Diploneis, Microalga Subantártica, un colgante de plata con tiara que busca representar la belleza de las formas orgánicas microscópicas que existen bajo los océanos.

En la ceremonia también estuvieron presentes Bárbara Velasco, coordinadora del Área de Artesanía del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes; José Manuel Allard, director de la Escuela de Diseño UC; y Nury González, directora del Museo de Arte Popular Americano Tomás Lago (MAPA), que es el encargado de guardar la colección de piezas con el Sello de Excelencia, que ya suman 101 desde su primera versión en 2008.